Abordaje del niño o niña con desnutrición aguda

Definición

Desnutrición aguda moderada y severa

La desnutrición, es una enfermedad resultado de la inseguridad alimentaria y nutricional en el hogar. Afecta con mayor severidad a los niños menores de 5 años y se caracteriza por el deterioro de la composición corporal y la alteración sistémica de las funciones orgánicas y psicosociales. Depende de la calidad de la alimentación consumida, la cual puede ser insuficiente en energía y nutrientes, o aportar mayor cantidad de energía, pero insuficiente de nutrientes. Se trata de una urgencia vital y como tal los niños con desnutrición aguda moderada o severa deben ser atendidos.

Principales causas de la desnutrición

Hay tres formas de desnutrición:

Bajo peso para la talla o desnutrición aguda:
pérdida de peso reciente y acelerada u otro tipo de incapacidad para ganar peso dada en la mayoría de los casos, por un bajo consumo de alimentos o la presencia de enfermedades infecciosas.
Retraso en talla:
está asociado a problemas de larga duración que han afectado negativamente el crecimiento infantil.
Deficiencias de micronutrientes:
Se producen cuando las personas no tienen acceso a alimentos fuentes de vitaminas y minerales tales como frutas, verduras, carnes. Las deficiencias de micronutrientes aumentan el riesgo de presentar enfermedades infecciosas y de morir por diarrea, sarampión, malaria, neumonía, entre otros.
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Clasificación de la desnutrición aguda

Para realizar la clasificación nutricional, se utiliza los patrones de referencia y puntos de corte para la clasificación antropométrica del estado nutricional adoptada mediante Resolución 2465 de 2016, por la cual se adoptan los indicadores antropométricos, patrones de referencia y puntos de corte para la clasificación antropométrica del estado nutricional de niñas, niños y adolescentes menores de 18 años de edad, adultos de 18 a 64 años de edad y gestantes adultas y se dictan otras disposiciones.

Para el caso de la desnutrición aguda, esta se clasifica por su severidad en desnutrición aguda moderada y desnutrición aguda severa; en ambos casos puede haber riesgo de muerte por los factores de riesgo asociados.

a. Desnutrición aguda moderada:

Cuando el puntaje Z del indicador P/T-L, es menor a – 2 DE y mayor o igual a -3 DE. Puede acompañarse de algún grado de emaciación o delgadez. Este tipo de desnutrición debe detectarse y tratarse con oportunidad, dado que en poco tiempo se puede pasar a desnutrición aguda severa y/o complicarse con enfermedades infecciosas.

b. Desnutrición aguda severa:

Cuando el puntaje Z del indicador P/T-L es menor a -3DE o cuando se presenta edema bilateral de origen nutricional, que puede llegar a anasarca.

 

Los siguientes términos se utilizan para describir los fenotipos que se pueden dar en desnutrición aguda severa:

 

  • Kwashiorkor: Se caracteriza por disminución de los niveles de albumina, por debajo de 2.5 g/dl, que lo lleva a perdida de la presión oncótica y edema bilateral progresivamente ascendente, que inicia en pies y manos, acompañado de signos clínicos de deficiencias nutricionales específicas, que se reflejan en lesiones en la piel, cambios en el color del cabello, alopecia difusa, atrofia de las papilas gustativas y queilosis, entre otros.
  • Marasmo. Se caracteriza por delgadez extrema, dada por el agotamiento de las reservas muscular y grasa y perdida de tejido celular subcutáneo; piel seca, opaca y quebradiza. Este cuadro clínico se asocia con ingesta deficitaria y continuada de proteínas, calorías no proteicas y micronutrientes en la dieta.
  • Marasmo – Kwashiorkor. Se presenta cuando se acentúa la perdida de albúmina y presión oncótica en un niño que cursa con emaciación extrema y desarrolla edema bilateral. Sucede porque se presenta una infección concurrente y se altera la relación proteica /calórica.

 

Principios básicos para el diagnóstico

1

Diagnosticar existencia y severidad de la desnutrición aguda.

2

Establecer presencia concomitante de complicaciones o comorbilidades.

3

Seleccionar escenario adecuado para continuar y consolidar el manejo instaurado.

1. Diagnosticar existencia y severidad de la desnutrición aguda

El diagnóstico, orientación clínica y manejo general e integrado en niños de cero (0) a 59 meses de edad que presentan desnutrición aguda moderada y severa, se establece basándose en parámetros antropométricos y clínicos, los cuales se desarrollan a continuación. Se hace especial mención a los signos clínicos que se asocian con mayor riesgo de mortalidad, como son la existencia de edema nutricional, la disminución del perímetro del brazo, la pérdida de apetito (evaluada con la prueba de apetito) y las patologías concomitantes.

Valoración antropométrica

Valoración clínica

Valoración antropométrica

Para evaluar el estado nutricional de los niños menores de 5 años, se deben analizar de forma conjunta los indicadores de peso y talla, además de otros factores como son el estado de salud, los antecedentes de alimentación y los controles anteriores por lo cual, es fundamental el seguimiento periódico.

La clasificación antropométrica de la desnutrición aguda se establece en función del P/T-L, el cual se sintetiza en el número de Desviaciones Estándar (DE, Z- score), por debajo del promedio poblacional ideal. De acuerdo con lo indicado en la Resolución 2465 de 2016, la desnutrición aguda tiene la siguiente clasificación y puntos de corte:

Clasificación de la desnutrición aguda moderada y severa. 

Indicador antropométrico
Punto de corte Desviación Estándar DE
Clasificación
Peso para la Talla (P/T-L)
≥ -1 a ≤ +1
Peso Adecuado para la Talla
≥ -2 a < -1
Riesgo de Desnutrición Aguda
< -2 a ≥ -3
Desnutrición Aguda Moderada
< -3
Desnutrición Aguda Severa

Anamnesis

Los elementos de la historia clínica deben contener la evaluación nutricional, evaluación médica, familiar y social, fundamentales para la valoración integral. Es importante calcular la edad de forma apropiada (especialmente, en niños con antecedente de prematurez), indagar por el crecimiento y el desarrollo del niño, síntomas que presente o haya presentado recientemente, como fiebre, tos, diarrea, infecciones en la piel, ojos, u otros que sugieran infecciones, cambios en conducta como letargia, irritabilidad, hipoactividad y pérdida del apetito.

Conocer y registrar los antecedentes completos, entre ellos, condiciones preconcepcionales, prenatales, historia del nacimiento, si presentó prematuridad o bajo peso al nacer, adaptación neonatal, patologías actuales o previas, en especial, si ha presentado desnutrición, alergias, procesos infecciosos, enfermedades transmitidas por vectores o tuberculosis, medicamentos, hospitalizaciones, procedimientos quirúrgicos, vacunación, patologías familiares, edad de adquisición de hitos del desarrollo, entre otros.

Es importante indagar acerca de la práctica de lactancia materna y alimentación complementaria, momento de inicio de alimentos sólidos y semisólidos, consumo de alimentos en términos de frecuencia, porciones, variedad, consistencia, horarios, rutinas, cantidad de líquidos ofrecidos y recibidos, características de la dieta familiar y de los cuidadores del niño, así como los ambientes donde se prepara y consume.

La historia social incluye los factores socioeconómicos, ocupación, tamaño de la familia, prácticas de cuidado y de alimentación, condiciones de vivienda, relación con cuidadores y padres, factores estresantes, condiciones laborales de la familia, creencias sobre alimentación, violencia intrafamiliar, entre otros.

Examen físico

Tiene el propósito de identificar signos que sugieran patologías agudas, crónicas, compromiso somático y determinar el grado de desnutrición, por lo que debe ser completo, que incluya la toma juiciosa de signos vitales (frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, tensión arterial, temperatura y pulso oximetría ), toma e interpretación de medidas antropométricas  (peso, talla,  perímetro cefálico y perímetro del brazo) y la valoración de cada uno de los órganos y sistemas corporales.

Debe iniciar por la inspección general en la cual, se valore el estado de conciencia, aceptación de vía oral, la simetría y signos de pérdida de peso, como la disminución de masa muscular o de grasa subcutánea (extremidades, mejillas, glúteos, cuello), estructuras óseas sobresalientes, enoftalmos, fontanelas persistentemente permeables, condiciones del cabello en distribución, color y textura, ojos opacos, condiciones de la esclera, labios secos, heridas, mucosas secas o ulceradas, lengua edematosa, lisa o pálida, daño o demora en erupción de piezas dentales o la presencia de manchas.

Signos clínicos en desnutrición aguda severa

Segmento corporal
Marasmo
Kwashiorkor
Cara
Lívida, delgada.
Fascies lunar
Ojos
Secos, conjuntiva pálida, manchas de Bitot.
Boca
Estomatitis angular, queilitis, glositis, encías hipertróficas y sangrantes, aumento de tamaño de parótidas.
Dientes
Esmalte moteado, erupción tardía.
Cabello
Atrofia de cabello.
Despigmentado, fino, seco, opaco, alopecia, quebradizo, bandas de color.
Piel
Seca.
Plegadiza (le sobra piel).
Sin dermatosis.
Seca con hiper o hipopigmentación difusa.
Dermatosis pelagroide.
Lesiones intertriginosas.
Dermatosis escrotal y vulvar.
Uñas
Coiloniquia, placas de uñas finas y blandas, fisuras, líneas.
Pérdida de peso
Marcada
Peso no confiable por presencia de edema.
Sistema muscular
Hipotrofia o atrofia muscular generalizada.
Hipotrofia muscular
Edema
Sin edema.
Siempre hay presencia de edema nutricional, sea leve, moderado o severo.
Panículo adiposo
Ausencia.
Presente pero escaso.
Abdomen
Ruidos intestinales disminuidos.
Hepatomegalia, esteatosis.
Neurológico
Irritable, llora mucho.
Adinamia, apatía, irritabilidad, indiferencia por su entorno , tristeza.
Retraso global del desarrollo, compromiso de memoria.
Hematológico
Palidez, petequias, diátesis sangrante.

Valoración del edema

Para evaluarlo se toman los pies del niño y el examinador presiona el dorso del pie durante tres segundos con los pulgares. Si la depresión generada se mantiene, se confirma la presencia de edema. Se han establecido grados de severidad del edema, de acuerdo con el número de regiones corporales que comprometa, como se observa en la ilustración.

Grados de severidad del edema nutricional

Imagen tomada de la Resolución 2350 de 2020 https://www.minsalud.gov.co/

Es importante tener en cuenta que hay situaciones como reacciones alérgicas a alimentos, picadura de insectos, o alérgenos de contacto, así como síndrome nefrótico, hepatopatías y enteropatía perdedora de proteínas, que pueden generar hipoalbuminemia y edema de características no nutricionales.

Valoración del perímetro del brazo

El perímetro del brazo es un indicador complementario a los indicadores antropométricos, utilizado en niños de 6 a 59 meses de edad, si el valor obtenido es menor de 11,5 centímetros, se considera predictor de riesgo de muerte por desnutrición.

Se requiere entrenamiento para su medición, cuya técnica implica que inicialmente se debe seleccionar el brazo no dominante de la niña o niño e identificar el punto medio entre el acromion y el olecranon. Marque el punto medio entre ambos puntos anatómicos, deje caer el brazo de la niña o niño de manera natural y sobre la marcación anterior enrolle horizontalmente la cinta antropométrica. Verifique que la cinta no está ni muy apretada ni muy suelta y lea el número que aparece en la intersección. De no tener claros los parámetros descritos se puede incurrir en errores de la medición.

Como se establece en la Resolución 2465 de 2016

“la medición del perímetro del brazo no reemplaza la toma de peso y talla”, siendo una medida complementaria a la clasificación antropométrica nutricional. El instrumento para su toma es una cinta métrica, “la cual debe ser de un material flexible, inextensible e impermeable, con divisiones cada 1mm”.

2. Establecer presencia concomitante de complicaciones o comorbilidades

Estas condiciones son:

3. Seleccionar escenario adecuado para continuar y consolidar el manejo instaurado

La prueba de apetito siempre debe ser realizada bajo supervisión del equipo médico, teniendo en cuenta los siguientes parámetros.

Prueba de apetito

Criterios para la evaluación de la prueba de apetito

Edad
Peso kg
POSITIVA
NEGATIVA
Consumo mínimo FTLC
Observación
Conducta a seguir
Observación durante 15 minutos
Conducta a seguir
6 a 59 Meses
4 - 6.9
¼ de sobre
Recibe con agrado la FTLC.
Manejo ambulatorio
Come menos de lo esperado o se niega a consumir la FTLC a pesar del ayuno, el tiempo y el ambiente propicio para la prueba
Manejo hospitalario
7 - 9.9
1/3 de sobre
10 - 14.9
½ sobre

Criterios de manejo ambulatorio

Después de determinar previamente en TODOS los niños de 6 a 59 meses:
  • Peso para la talla 

Y

  • Presencia de edema

Y

  • Perímetro del brazo

Y

  • Valoración clínica integral
Si encuentra UNO de los siguientes:
  • Puntaje Z de P/T menor de -2 DE.
  • Edema grado 1(+) o 2(+ +)
  • Perímetro del brazo menor de 11.5 cm

 

Y además presenta TODOS los siguientes:
  • Activo, reactivo, consciente
  • Sin complicaciones médicas o comorbilidad aguda
  • Prueba de apetito positiva

 

Criterios de manejo hospitalario

Después de determinar previamente en TODOS los niños de 6 a 59 meses:
  • Peso para la talla 

Y

  • Presencia de edema

Y

  • Perímetro del brazo

Y

  • Valoración clínica integral
Si encuentra UNO de los siguientes:
  • Puntaje Z de P/T menor de -2 DE.
  • Algún grado de edema.
  • Perímetro del brazo menor de 11.5 cm
Si el niño presenta UNA de las siguientes condiciones que aumentan la morbimortalidad:
  • Niño menor de 6 meses de edad.
  • Niño mayor de 6 meses de edad y que pese menos de 4 kilos.
  • Está inconsciente, letárgico, hipoactivo o convulsiona.
  • Edema nutricional severo (+++).
  • Diarrea, vómito persistente rechazo de la vía oral con riesgo de deshidratación.
  • Aumento de la frecuencia respiratoria para la edad.

○ Niño menor de 2 meses: 60 respiraciones por minuto.

○ Niño de 2 a 11 meses: 50 respiraciones por minuto.

○ Niño de 12 meses a 5 años: 40 respiraciones por minuto.

  • Temperatura axilar menor 35.5ºC o mayor 38ºC.
  • Lesiones ulcerativas y liquenoides en más del 30% de la superficie cutánea.
  • Hemoglobina menos de 4 g/dl.
  • Hemoglobina menos de 6 g/dl con signos de esfuerzo respiratorio o aumento en la frecuencia cardiaca.
  • Prueba de apetito negativa o no puede beber o tomar el pecho.
  • Condición médica o social del niño o la familia que requiera evaluación e intervención, por ejemplo, abandono, discapacidad o enfermedad mental del cuidador.

Fases para la atención de los niños con desnutrición aguda

Una vez definido el escenario de manejo y teniendo como insumo los diez pasos propuestos por la OMS en 1996, se contempla para el tratamiento las fases de estabilización, transición y rehabilitación. Si cumple con criterios de manejo hospitalario se inicia con la fase de estabilización, en caso de cumplir con criterios de manejo ambulatorio se inicia a partir de la fase de rehabilitación, como se observa a continuación.

Fases para la atención de la desnutrición aguda moderada y severa

1. Fase de estabilización

Corresponde al periodo entre primeras 24 a 48 horas de tratamiento en el cual se tratan y corrigen las condiciones médicas agudas potencialmente mortales. Es fundamental iniciarlas una vez se haya identificado y captado el caso del niño con desnutrición aguda, sea en el entorno comunitario o institucional.

La estabilización se debe iniciar de forma inmediata
Termina en el momento en el que es posible el control de condiciones hemodinámicas. Durante esta fase se vigila la hipoxemia, se corrigen los desequilibrios de líquidos y electrolitos, se aporta estímulo trófico intestinal, se maneja la hipoglicemia y la hipotermia, se inicia el tratamiento antibiótico y se corrige la anemia grave.
Durante la estabilización
Se inicia cautelosamente el manejo nutricional por vía oral o por SNG una vez se corrobora la presencia de diuresis, se da manejo al compromiso de la piel y se continúa el manejo de las comorbilidades.
Si después de las 72 horas
El niño no se ha estabilizado, considere que cuenta con patología concurrente no diagnosticada. Esta fase incluye dos componentes: Reanimación y estabilización propiamente dicha.
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Esta fase se contempla únicamente para el tratamiento hospitalario, pues los criterios para el manejo ambulatorio definen la no presencia de comorbilidades o complicaciones.

La estabilización se debe iniciar de forma inmediata, termina en el momento en el que es posible el control de condiciones hemodinámicas. Durante esta fase se vigila la hipoxemia, se corrigen los desequilibrios de líquidos y electrolitos, se aporta estímulo trófico intestinal, se maneja la hipoglicemia y la hipotermia, se inicia el tratamiento antibiótico y se corrige la anemia grave.

2. Fase de transición

Se trata del paso progresivo entre la administración de F-75 a la alimentación requerida y necesaria para recuperar las condiciones tisulares y metabólicas de acuerdo con el grado de desnutrición, la edad y el peso del niño. Esta fase inicia cuando se recupera el apetito, hay estabilización de patologías agudas, los trastornos hidroelectrolíticos se han corregido, hay control de los procesos infecciosos, se reduce el edema, por tanto, es posible aumentar la cantidad de nutrientes.

3. Fase de rehabilitación

Fase en la cual es posible aumentar progresivamente el aporte calórico para alcanzar la velocidad de crecimiento compensatorio, lo prioritario en esta fase es verificar el apetito y la ganancia de peso. Se realizará prioritariamente durante el manejo ambulatorio y una vez se cumplan los criterios de egreso del manejo ambulatorio se dará el alta para seguir la valoración integral en la primera infancia bajo la consideración de riesgo que conlleva el antecedente de presentar desnutrición aguda.

El manejo inicial se diferencia de acuerdo con la edad del niño a tratar, para los niños y niñas de 0 a 6 meses de edad con desnutrición aguda que una vez estabilizados en el manejo hospitalario continúen con manejo ambulatorio. En el caso de los niños y niñas entre 6 y 59 meses de edad, quienes alrededor del 80% requieren tratamiento ambulatorio.

Consideraciones

El abordaje de los casos de niños y niñas con desnutrición aguda durante el primer mes de vida (calculada con edad corregida), sean recién nacidos a término, recién nacidos pretérmino o que cursen con Retraso de Crecimiento intrauterino, requiere de la instauración de la adecuada práctica de lactancia materna como pilar del tratamiento, así como la valoración y seguimiento a través de la estrategia madre canguro, resaltando que deberá ser individualizado y altamente supervisado.

Manejo ambulatorio en niños de 6 a 59 meses de edad

Manejo nutricional:

 

Acoge la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de utilizar la Fórmula Terapéutica Lista para el Consumo – FTLC, como el tratamiento nutricional especializado para el manejo ambulatorio de los casos de niños con desnutrición aguda no complicada y durante la fase de rehabilitación (Ver lineamiento).

 

Recuerde que:

 

  • Cuando están siendo amamantados, indique a la madre ponerlo al seno; el mejor momento es después de realizar la prueba de apetito con FTLC. La observación de la práctica permite hacer el reforzamiento de lo que ella y el bebé hacen bien y sugerirle lo que podría hacer para mejorar la técnica de amamantamiento si aplica, y aumentar la producción de leche materna.
  • Inicio cauteloso con incremento gradual y prudente de la FTLC adaptado a la reducida capacidad metabólica y funcional característica de la desnutrición aguda severa (151). Es recomendable administrar la FTLC al menos 5 veces al día.
  • El proceso de recuperación de la desnutrición aguda es lento y no se limita a la ganancia de peso, incluye entre otras, la reversión progresiva de las alteraciones celulares y metabólicas. El intento de lograr ganancias de peso aceleradas en corto tiempo puede llevar a complicaciones graves como el síndrome de realimentación.
  • Los niños y niñas con desnutrición aguda tienen alto riesgo de deterioro nutricional y muerte por patologías infecciosas asociadas (152,153). El tratamiento nutricional oportuno con la FTLC disminuye el riesgo de morbilidad y mortalidad en esta población (62).
  • Los niños y niñas con desnutrición aguda moderada y retraso en talla pueden presentar menor tolerancia al manejo con las fórmulas terapéuticas con alto contenido energético. En estos casos se sugiere ofrecer la FTLC con mayor cautela, en pequeñas cantidades y en varios momentos del día, hasta completar la dosis recomendada de kcal/kg/día
  • Por la anterior situación, es preciso observar y diferenciar los cambios de la consistencia y frecuencia de las deposiciones dados por la FTLC, de la verdadera diarrea.

 

Uso de medicamentos para controlar la infección:

El manejo anticipado de las infecciones bacterianas ha demostrado ser una medida útil para reducir la letalidad de la desnutrición aguda severa de manejo ambulatorio. De igual forma, dadas las limitaciones en acceso a agua potable y saneamiento básico de las comunidades en las cuales es más frecuente la desnutrición; se indica, el tratamiento antiparasitario al niño que cursa con desnutrición aguda moderada o severa, el cual debe repetirse a los 20 días (excepto el manejo con albendazol que es de dosis única).

Administre micronutrientes:

Todos los niños y niñas con desnutrición aguda moderada o severa presentan deficiencias de micronutrientes, es importante tener en cuenta que la FTLC contiene dosis terapéuticas de algunos micronutrientes, por lo que no es necesario el uso sistemático de fortificación o suplementación adicional durante el manejo de la desnutrición aguda.

Apoyo en estimulación sensorial y emocional:

El desarrollo óptimo es el resultado de la calidad de las interacciones entre los padres con los niños y niñas con otros niños y niñas y los niños y niñas con su entorno. La estimulación sensorial y emocional debe hacer parte de la rehabilitación dado que mejora la respuesta al manejo médico y nutricional. La calidad del desarrollo psicomotor depende del crecimiento, maduración y estimulación del sistema nervioso central.

Vacunación:

La vacunación es  muy importante para disminuir el riesgo de infección por lo cual a los niños y niñas con desnutrición aguda se les debe revisar el esquema de vacunación desde su vinculación al manejo ambulatorio y aplicar todas las vacunas faltantes de acuerdo con el esquema nacional vigente para el Programa Ampliado de Inmunizaciones.
Si la dosis de una vacuna no pudo aplicarse al momento de la vinculación ambulatorio, debe aplicarse en el siguiente control.

La aplicación simultánea de varias vacunas no está contraindicada en el manejo de los niños y niñas con desnutrición aguda.

Manejo hospitalario
en niños de 0 a 59 meses de edad

ABCDARIO terapéutico

Se define para ello una secuencia de evaluación y manejo que responde a una lista de chequeo con el acrónimo “ABCDARIO”, que permite consignar de esa misma manera los datos en la historia clínica y establecer tiempos determinados para cada momento.

Este ABCDARIO permite y facilita un plan terapéutico, organizado y planeado en un tiempo esperado para el logro de cada objetivo, teniendo en cuenta que se incrementa el rendimiento pronóstico al utilizar guías o lineamientos estandarizados.

En la fase de estabilización el adecuado manejo de los líquidos, siendo la reposición hídrica la base del tratamiento de la deshidratación, pero a diferencia de niños y niñas sanos, los que presentan desnutrición requieren mayor cautela bajo la consideración de evitar sobrecarga hídrica, el alto riesgo de falla cardiaca y el estado hipernatrémico en el que se encuentran. Por ello se contraindica la administración de albúmina, diuréticos y líquidos con alta carga de sodio.

Estabilizar las complicaciones médicas es necesario para comenzar la recuperación nutricional y de esta forma reducir la mortalidad. Se acoge la recomendación internacional de utilizar la F-75 en la fase de estabilización. Esta fase dura en promedio 48 horas, si no se resuelven se deben contemplar otras patologías subyacentes y tratarlas.
La mayoría de los niños y niñas con desnutrición aguda moderada o severa no pueden tolerar cantidades habituales de proteínas, grasas y sodio de la alimentación, por tanto, es importante iniciar con baja cantidad de estos nutrientes.
Una vez se compruebe la diuresis se inicia F-75 en los volúmenes que se describe en el lineamiento de atención de los niños con desnutrición aguda moderada y en las de síndrome de realimentación.
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Plegable para profesionales - Atención a la desnutrición aguda moderada y severa en niños de 0 a 59 meses de edad.

Durante la

Fase de transición

Tenga en cuenta que el objetivo fundamental del tratamiento para los niños de 0 a 6 meses de edad es restablecer la práctica de lactancia materna, mientras progresa para ser efectiva deben contemplarse los volúmenes de F-75 de acuerdo con la evolución del niño, lo cual puede demorar entre una y dos semanas.

En los niños de 6 a 59 meses de edad, la fase de transición consiste en el paso gradual de F-75 a FTLC y leche materna si el niño está siendo amamantado. Se inicia cuando se resuelven o controlan las comorbilidades, se reduce el edema y mejora el apetito. Tiene una duración promedio de 3 a 7 días, dependiendo de las condiciones clínicas del niño.

Fase de rehabilitación

En los niños de 0 a 6 meses de edad se basa en el mantenimiento de la lactancia materna exclusiva, asegurando ganancia de peso del niño satisfactoria por mínimo tres días consecutivos.

En los niños de 6 a 59 meses debe verificarse el apetito y la ganancia de peso, el manejo nutricional en esta fase se basa en la administración de la FTLC y la continuación de la lactancia materna cuando están siendo amamantados o se logró la relactancia.

Es fundamental el seguimiento a los niños, en consulta ambulatoria o visita domiciliaria por profesionales en medicina o nutrición de acuerdo con los tiempos estipulados en el lineamiento, con el propósito de observar la evolución de las condiciones de salud y el progreso de la recuperación de la desnutrición.

La Resolución 2350 de 2020

“Por la cual se adopta el lineamiento técnico para el manejo integral de atención a la desnutrición aguda moderada y severa, en niños de cero (0) a 59 meses de edad, y se dictan otras disposiciones”

Define el abordaje, responsabilidades, tratamiento y las pautas de seguimiento.

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