Fortaleciendo el Cuidado y Crianza de niños, niñas y adolescentes

Este espacio de aprendizaje está diseñado para que los profesionales de la salud fortalezcan sus conocimientos y habilidades en el cuidado y crianza de niñas, niños y adolescentes (en adelante NNA) en el contexto colombiano. A lo largo de este módulo, abordaremos conceptos, estrategias y recomendaciones basadas en evidencia orientadas para promover el desarrollo integral, el bienestar emocional y la construcción de vínculos seguros.  

 

También exploramos los retos y las oportunidades que presenta la crianza en las diferentes edades en un entorno diverso, equitativo y multicultural, con énfasis en prácticas sensibles y respetuosas que respondan a las necesidades individuales y comunitarias de cada familia. 

¡Te invitamos a construir de manera conjunta el camino hacia una crianza y cuidado más consciente e inclusiva!

Se refiere a los patrones de interacción, comunicación y relaciones entre los miembros de una familia. Se organizan de acuerdo con roles, normas y jerarquías. Una dinámica familiar saludable promueve el bienestar emocional, social y psicológico de todos sus miembros. (Gallego, Pino, Álvarez, Montoya, Vargas, Correa, 2019). 

Estrategias, prácticas, herramientas y guías que permiten proporcionar los cuidados necesarios a lo largo de la infancia para proteger, educar y ayudarlos a desarrollar su potencial, bienestar, crecer sanos y saludables, felices y capaces de desenvolverse en el día a día en la cotidianidad, buscando que aprendan a vivir en sociedad, establezcan relaciones, estudien, trabajen y prosperen. Reconociendo que el desarrollo está relacionado con la salud física, mental, así como con lo espiritual, ético, cultural y social de la familia y la comunidad.

estructura social que se constituye a partir de un proceso que genera vínculos de consanguinidad o afinidad entre sus miembros. Por lo tanto, si bien la familia puede surgir como un fenómeno natural producto de la decisión libre de dos personas, lo cierto es que son las manifestaciones de solidaridad, fraternidad, apoyo, cariño y amor, lo que la estructuran y le brindan cohesión a la institución” (Consejo de Estado, 2013).  Es en la familia donde los cuidadores/as establecen los recursos y procesos que permiten el desarrollo integral para la interiorización de tomas de decisiones y autonomía antes los desafíos de la vida.  (Escrivá, M. V. M., García, P. S., Porcar, A. M. T., & Díez, I., 2001)

Personas responsables que estar a cargo del cuidado cotidiano del niñas, niños y adolescentes. Son personas como su madre, padre, adulto, hermanos/as, abuelos, otros familiares o personas cercanas al hogar, entre ellas se incluye al vecino/a, amigos, agentes educativos entre otras. 

Se refiere a los patrones de interacción, comunicación y relaciones entre los miembros de una familia. Se organizan de acuerdo con roles, normas y jerarquías. Una dinámica familiar saludable promueve el bienestar emocional, social y psicológico de todos sus miembros. (Gallego, Pino, Álvarez, Montoya, Vargas, Correa, 2019). 

Es conjunto de actitudes, creencias y comportamientos que la madre, padre o cuidadores adoptan de manera consistente en la educación y formación de los niños, niñas y adolescentes. Suelen clasificarse en categorías como: autoritario, permisivo, democrático y negligente. (Gallego, Álvarez, Arboleda, Correa y Rey, 2022) teniendo impactos muy dispares en el desarrollo de la personalidad de los niños y niñas. 

Son las acciones específicas que la madre, padre, cuidadores o adultos responsables llevan a cabo para educar, guiar y apoyar el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Incluyen comportamientos concretos, como establecer límites, brindar afecto, fomentar la autonomía, aplicar disciplina, y promover hábitos saludables.  

Varían según el contexto cultural, social y familiar. (UNICEF, 2011) 

Son las acciones específicas que la madre, padre, cuidadores o adultos responsables llevan a cabo para educar, guiar y apoyar el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Incluyen comportamientos concretos, como establecer límites, brindar afecto, fomentar la autonomía, aplicar disciplina, y promover hábitos saludables.  

Varían según el contexto cultural, social y familiar. (UNICEF, 2011) 

Respuesta que tienen las personas adultas para responder de forma contingente y adecuada a las necesidades de niños, niñas y adolescentes.  

Capacidades de las personas en su rol de cuidadores-as de niñas, niños y adolescentes para garantizar su cuidado, protección, educación, guía, apoyo y bienestar.  Incluye la implementación de prácticas de   crianza que promueven relaciones positivas entre los NNA y las personas adultas responsables del cuidado y crianza (padres, madres, cuidadores/a) reconociendo formas de comunicación efectiva, fomento de la autonomía, resolución de conflictos y el establecimiento de límites y normas que garantizan el      bienestar mental. 

Reacción emocional que presentan los padres, madres y/o cuidadores/ al sentirse estresados o nerviosos frente a las situaciones relacionadas con el cuidado o la crianza de NNA y la crianza.  Puede afectar la salud mental, física y emocional de los padres, madres y/o cuidadores, así como su capacidad para interactuar positivamente con sus hijos, generando momentos de desborde emocional y tensión en el entorno.

Construcción propia con bibliografía:  Organización Mundial de la Salud (2023) Directrices de la OMS sobre intervenciones parentales para prevenir el maltrato y mejorar las relaciones entre padres e hijos con niños de 0 a 17 años.

pendiente 

Construcción propia con bibliografía:  Observatorio Nacional de Familias – Departamento Nacional de Planeación

Las familias de las niñas, niños, adolescentes transitan y se desarrollan en entornos configurados por relaciones que deben ser confiables, seguras y protectoras que los reconocen, donde se promueve desarrollo integral y se previenen los riesgos y amenazas que pueden generar vulneraciones de sus derechos.

Así, las dinámicas familiares definen estilos y prácticas de crianza que están profundamente interrelacionados, ya que las interacciones, roles y normas que se establecen en el núcleo familiar influyen directamente en cómo la madre, padre, y las personas cuidadoras educan y guían a los niños y niñas y adolescentes en sus tránsitos de vida. Estas dinámicas determinan el clima relacional y emocional de las familias, las estrategias de disciplina mediante límites claros y la calidad del vínculo afectivo, lo que impacta en el desarrollo emocional, social y cognitivo de los NNA y la familia.

Comprender esta relación permite identificar cómo las relaciones familiares pueden reforzar o dificultar las prácticas de crianza. Por ello, es clave que el talento humano en salud desarrolle competencias para identificar tanto factores protectores como señales de alerta dentro del entorno hogar, de modo que se garantice una intervención oportuna.

¡Estilos de crianza!

Los estilos de crianza son comportamientos, actitudes y creencias particulares por medio las cuales las personas responsables del cuidado se relacionan con niñas, niños y adolescentes, expresadas a través de prácticas cotidianas que guían, reflejan afecto, regulan comportamientos, comunican, establecen normas, entre otras. Estas formas pueden agruparse según sus principales características, reconociendo que una misma familia puede combinar distintos estilos y que estos pueden cambiar ante las experiencias o sucesos vitales, así como en las diferentes etapas del desarrollo (primera infancia, infancia y adolescencia).  (Bautista, L., 2024). Es importante mencionar que las consecuencias negativas pueden reconocerse como experiencias adversas de la niñez y pueden ser consultados.

A continuación, se presentan ejemplos que ilustran cómo estos estilos se manifiestan y qué efectos tienen en el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.

Construcción Propia con bibliografía:  Monserrate M. y García M. (2020) Los estilos de crianza en el desarrollo socioafectivo de niños de 6 a 11 años.

La familia, como núcleo de socialización, influye directamente en el desarrollo de NNA a través de sus dinámicas y estilos de crianza. Las dinámicas familiares, caracterizadas por la comunicación, la resolución de conflictos y la distribución de roles, modelan y moldean interacciones entre sus miembros y determinan el ambiente en el que se lleva a cabo la crianza. A su vez, los estilos de crianza impactan la forma en que las personas responsables del cuidado definen las interacciones en relación con las normas, el afecto, la disciplina y fomentan la autonomía. En este contexto, las habilidades parentales juegan un papel crucial permiten a los/las cuidadores/as responder de manera sensible y adecuada a las necesidades emocionales, cognitivas y sociales de los NNA promoviendo su bienestar y desarrollo integral. Así, una familia con dinámicas funcionales y un estilo de crianza basado en la comunicación y el respeto favorece la adquisición de habilidades parentales efectivas, lo que se traduce en un entorno protector y enriquecedor para el desarrollo infantil

¿Qué son las Habilidades parentales?

Las habilidades parentales son el conjunto de capacidades, conocimientos y actitudes que promueven relaciones positivas entre los NNA y las personas adultas responsables del cuidado y la crianza (padres, madres, cuidadores/a) reconociendo formas de comunicación efectiva, fomento de la autonomía, resolución de conflictos y el establecimiento de límites que garantizan el bienestar físico y mental. 

Construcción Propia con bibliografía: Cruz Roja Española y Ministerio de la Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (s.f)

Es así como las habilidades parentales son fundamentales para el desarrollo infantil, ya que influyen en la seguridad emocional, la autonomía y las capacidades cognitivas y sociales de los niños, las niñas y los adolescentes. Cuando la madre, padre o cuidador/a cuentan con herramientas adecuadas para establecer límites, brindar apoyo emocional y fomentar la exploración del entorno, crean un ambiente que facilita el aprendizaje y el bienestar. Una crianza basada en la comunicación, el afecto y la disciplina positiva, potencia el desarrollo integral, permitiendo que los NNA crezcan con autoestima, resiliencia y habilidades para relacionarse de manera saludable con los demás. Las herramientas acerca de la regulación emocional y las habilidades de comunicación asertiva modelan habilidades para fortalecer el vínculo afectivo.

Es fundamental reconocer que los estilos y prácticas de crianza que personas responsables del cuiadado recibieron en su infancia influyen directamente en la forma en que hoy ejercen el cuidado y la crianza de sus hijos e hijas. Estas experiencias pasadas pueden reproducirse de manera automática o, por el contrario, transformarse cuando se toma conciencia de ellas. Por ello, es clave abrir espacios de reflexión y estar dispuestos a buscar orientación o apoyo profesional cuando se identifican dificultades o patrones que afectan negativamente la relación con los NNA. La crianza no está determinada de forma definitiva: siempre es posible aprender, cambiar y fortalecer vínculos desde el respeto, el afecto y la corresponsabilidad. Además, es fundamental entender que transformar las prácticas culturales y las creencias arraigadas en nuestra sociedad permitirá el adecuado desarrollo de NNA, favoreciendo la eliminación de prácticas violentas.

Por medio de la crianza adecuada y los cuidados efectivos se promueve un desarrollo para alcanzar el máximo potencial.

¡Recordemos elementos claves en el desarrollo integral de NNA!

Las Políticas Poblacionales tanto la de primera infancia como la de Infancia y Adolescencia establecen el abordaje del Desarrollo Infantil de forma holística compleja y sistemática que contribuye al fortalecimiento de la identidad, la autonomía y el sentido de lo individual y lo colectivo. El Desarrollo Integral se presenta en diferentes dinámicas que son particulares y diversas, continuas y discontinuas. Se debe tener en cuenta que los NNA: 1) Se conciben como seres humanos activos y protagonistas de su propio desarrollo. 2) Implican el reconocimiento de su carácter multidimensional (social, biológico, psicológico, cultural, histórico) desde la construcción social de las interacciones 3) Deben contar con vínculos, redes y relaciones inmersos en contextos significativos de cuidado y protección. 4) Se construye en entornos particulares donde transita su curso vital y los efectos acumulativos de la vida. En el marco de las políticas se han definido las realizaciones como aquellas condiciones y estados que se materializan en la vida de cada niña, niño y adolescente que hacen posible su desarrollo integral.
La identificación de prácticas de cuidado y crianza puede realizarse durante las diferentes atenciones en salud dirigidas a NNA por medio de la valoración y las entrevistas con ellos. Esto incluye valoraciones en servicios como urgencias, consulta externa (Valoraciones integrales en salud), consultas familiares y grupales, hospitalización, entre otros. Estas instancias representan oportunidades clave para evaluar (ejemplo: escala abreviada del Desarrollo) y fortalecer las habilidades de las personas responsables del cuidado, así como para detectar posibles riesgos que puedan afectar el desarrollo y bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes
En el marco de la Resolución 3280 de 2018, se reconocen diversos instrumentos para la valoración del componente familiar. Entre ellos se encuentra el APGAR familiar, una escala breve que permite evaluar la funcionalidad familiar en términos de adaptabilidad, participación, crecimiento, afecto y recursos. También se utiliza el familiograma, una herramienta gráfica que representa la estructura, dinámica y relaciones del grupo familiar, facilitando la identificación de redes de apoyo y posibles factores de riesgo. Adicionalmente, el test de Zarit empleado para valorar la sobrecarga del cuidador, especialmente en contextos donde uno de los miembros de la familia asume el rol de cuidado permanente, ayudando a identificar signos de agotamiento o estrés.
Estos instrumentos son clave para orientar intervenciones que fortalezcan los vínculos familiares, promuevan el bienestar y garanticen una atención centrada en las particularidades de cada núcleo familiar. Las orientaciones se pueden realizar por medio de atenciones dirigidas a las familias como sujetos colectivos de atención como una oportunidad para fortalecer el cuidado integral en salud. A través de acciones como la educación para la salud dirigida a la familia y la orientación básica familiar, se promueve la corresponsabilidad en el autocuidado, se fortalecen los vínculos familiares y se potencia la capacidad de respuesta ante situaciones de riesgo o enfermedad. Estas intervenciones permiten reconocer a la familia no solo como un entorno de apoyo, sino también como un agente activo en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades, facilitando procesos de transformación que mejoran la calidad de vida de todos sus integrantes.

Organización Mundial de la Salud (2023) Directrices de la OMS sobre intervenciones parentales para prevenir el maltrato y mejorar las relaciones entre padres e hijos con niños de 0 a 17 años. El desarrollo de este contenido lo puede encontrar en el modulo13 de esta herramienta. Disponible en:

 

Para que los y las profesionales de la salud puedan fortalecer la orientación en el cuidado y la crianza de personas responsables del cuidado es fundamental partir de sus posibilidades y contextos, movilizando los recursos con los que cuentan para brindar el mejor acompañamiento posible., es fundamental reconocer que quienes asumen esta responsabilidad hacen su mejor esfuerzo en el acompañamiento de NNA. Por ello, es clave garantizar su acceso a información, herramientas y servicios que les permitan desempeñar esta labor de manera efectiva. En este sentido, En este contexto, se recomienda a los y las profesionales de la salud reconocer y orientar a partir de los siguientes principios:

Demos un vistazo más profundo a cada principio para comprender su importancia.

Modelo para el Cuidado desde la Crianza

Construcción propia con bibliografía: Organización Mundial de la Salud (2023) Directrices de la OMS sobre intervenciones parentales para prevenir el maltrato y mejorar las relaciones entre padres e hijos con niños de 0 a 17 años. Cuidado Para el Desarrollo Infantil. Mejorar el cuidado de niños y niñas pequeños (OMS, OPS y UNICEF 2017) 

     En la consulta se puede preguntar sobre las prácticas de crianza, cuidado y habilidades parentales que se utilizan como función para orientar y explorar las habilidades parentales en el contexto familiar y las dinámicas de cuidado que influyen en el desarrollo infantil, identificando fortalezas y posibles áreas de mejora en la crianza.

El Objetivo de estas preguntas realizadas por los profesionales de salud, Es generar un espacio de diálogo en el que madres, padres y cuidadores/as puedan reflexionar sobre sus prácticas, creencias y emociones en relación con la crianza. A través de preguntas abiertas, se busca incentivar la adaptación y resignificación de conocimientos y actitudes, fortaleciendo así sus habilidades parentales. Además, al incluir la voz de NNA en la conversación, se promueve un enfoque participativo que reconoce sus necesidades y derechos dentro del proceso de crianza.

¿Preguntas ?

  • ¿Quiénes participan en la cuidado y crianza de sus hijos e hijas?
  • ¿Qué caracteriza las prácticas de cuidado y crianza realizadas habitualmente por usted y su familia? Por ejemplo, Cuándo se despierta para comenzar el día. Cuando se presenta una situación que genera conflicto dentro de la familia conflicto. O Cuándo se distribuyen las tareas del hogar, 
  • ¿Actualmente, hay algunas condiciones o necesidades específicas de usted o su familia que estén afectando sus prácticas de cuidado y crianza?
  • ¿Cómo fomenta en su familia la comunicación abierta y el vínculo afectivo con el niño y la niña?
  •  Ante una situación que requiera un llamado de atención para el NNA ¿cuáles son las estrategias que utiliza para que fomenten el respeto y el autocontrol? ¿Se hacen acuerdos previos para concertar / definir límites en el hogar?
  • ¿Cuáles son las prácticas de autocuidado que usted y las personas cuidadoras realizan para evitar el agotamiento y promover su bienestar personal?
  • Cuenta con recursos educativos y de apoyo para mejorar sus habilidades parentales. ¿Cuáles?
  • ¿Considera que el ambiente en el que el NNA vive, es seguro, saludable y apropiado?
  • ¿Cuál es el tiempo que puede designar para actividades educativas, recreativas, juego para llevar a cabo estas actividades?
  • ¿Qué actividades realizan en familia para fortalecer espacios de convivencia, dialogo y compañía?
  • ¿Con quién cuenta a su alrededor para buscar apoyo o ayuda cuando requiere el cuidado de sus hijos e hijas?
  • ¿Cómo se fomenta los procesos de escucha de los NNA y se tienen en cuenta sus aportes y opiniones en las decisiones familiares?
  • ¿Cuáles son las estrategias que utiliza para lograr identificar las señales de malestar o estrés en su hijo e hija?
Referencias bibliográficas
  1. Organización Panamericana de la Salud. Informe mundial sobre la violencia y la salud. Washington, D.C.: Organización Panamericana de la Salud., Publicación Científica y Técnica; 2003. Report No.: N° 588.
  2. Organización Mundial de la Salud. INSPIRE. Estrategias para poner fin a la violencia contra los niños y las niñas. NLM: WA 308. Washington D.C.: Organización Panamericana de la Salud, Alianza Mundial para acabar con la Violencia contra Niños ; 2017. Disponible en: https://apps.who.int/
  3. Ferreira AL & cols. (2005). Guia de atuação frente a maus-tratos na infância e na adolescência. Orientações para pediatras e demais profissionais que trabalham com crianças e adolescentes. Sociedad Brasileña de Pediatría, Centro Latinoamericano de Estudios de Violencia y Salud Jorge Carelli (Claves) Escuela Nacional de Salud Pública (ENSP) FIOCRUZ, Secretaría de Estado de los Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de Brasil. Río de Janeiro. Tercera edición.
  4. Ayuntamiento Vitoria Gasteiz. Guía de Indicadores para la identificación de situaciones de riesgo y desprotección infantil en niños y niñas entre los 0 y 5 años. Vitoria: Ayuntamiento Vitoria Gasteiz, Servicio de Infancia y Familia; 2019.
  5. Child Welfare Information Gateway. Long-term consequences of child abuse and neglect. Washington, DC: U.S. Department of Health and Human Services, Administration for Children and Families, Children’s Bureau.
  6. Barudy J. Los buenos tratos y la resiliencia infantil en la prevención de los transtornos del comportamiento. In ; S.F. p. 10. 2017.
  7. Montoya C., Castañeda C., Duque J., Montoya H. (2014). Puericultura del Afecto. En: Soto G., Botero D., Luque R., Diaz A., Ballesteros A., Pinzón C. Puericultura: El reto de la crianza hoy. Fundación Universitaria Sanitas. Bogotá, Colombia. 2014.
  8. Organización Mundial de la Salud. Guidelines for the health sector reponse to child maltratment. Reporte técnico. Ginebra:, Public Health Agency of Canada; 2018.
  9. Ministerio de Protección Social. Modelo de Atención Integral en Salud para casos de Violencia Sexual Promoción y Prevención. Modelo de Atención Integral. Bogotá: Dirección General de Salud Pública; 2011.
  10. Gancedo A. (2015). Aproximación al manejo del maltrato infantil en la urgencia. Madrid, España. 2015.
  11. Carrasco M., Wolford J. (2018). Child abuse and Neglect. En: Zitelli B., McIntire S., Nowalk A. Zitelli and Davis’ Atlas of Pediatric Physical Diagnosis. Elsevier. 17 ed., 2018.
  12. Petska H., Sheets L. Sentinel Injuries Subtle Findings of Physical Abuse. Pedatr Clin N Am 61 (2014): 923-935.
  13. Ministerio de Salud y Protección Social (2012). Resolución 459 “Por la cual se adopta el Protocolo y Modelo de Atención Integral en Salud para Víctimas de Violencia Sexual”.
  14. Tieder JS, Bonkowsky JL, Etzel RA, et al. Brief Resolved Unexplained Events (Formerly Apparent Life-Threatening Events) and Evaluation of Lower-Risk Infants. Pediatrics. 2016;137(5):e20160590.
  15. Flaherty E., MacMillan H & Committee on Child Abuse and Neglect. Caregiver-Fabricated Illness in a Child: A Manifestation of Child Maltreatment. Pediatrics 2013; 132; 590.
  16. Gobierno de Colombia (2006). Ley 1098 “Por la cual se expide el Código de la Infancia y la Adolescencia”. Disponible en: http://www.secretariasenado.gov.co/
  17. Gobierno de Colombia (2011). Ley 1438 “Por medio de la cual se reforma el Sistema General de Seguridad Social en Salud y se dictan otras disposiciones”. Disponible en: http://www.secretariasenado.gov.co/.
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  19. Ministerio de Salud y Protección Social (2018). Resolución 3280 “Por medio de la cual se adoptan los Lineamientos Técnicos y Operativos de la Ruta Integral de Atención para la Promoción y el Mantenimiento de la Salud y la Ruta Integral de Atención en Salud para la Población Materno Perinatal y se establecen las directrices para su operación”.
  20. Fondo de Población de las Naciones Unidas-UNFPA, Ministerio de Salud y Protección Social (2018). Orientaciones y lineamientos para el abordaje y la atención integral en salud de las víctimas de mutilación genital femenina en Colombia”. Disponible en: https://www.minsalud.gov.co/
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¿Por qué la familia es clave en el desarrollo integral de los NNA?

Las familias comprendidas como sujetos colectivos y sistemas vivos en constante interacción con los entornos son escenarios primordiales para el cuidado, siendo agentes clave para potenciar el desarrollo tanto de cada uno de sus miembros, como a nivel colectivo y social.  En este sentido, es en las familias en las que los NNA construyen los cimientos emocionales, sociales y cognitivos que influyen en su desarrollo integral. Un contexto familiar seguro, caracterizado por el afecto, la comunicación abierta y el respeto, proporciona a los miembros de la familia la estabilidad necesaria para explorar el mundo, desarrollar su autonomía y fortalecer su autoestima.

Si se promueven prácticas de crianza amorosas y respetuosas no solo se garantiza el bienestar emocional de sus miembros, sino que también fomentan habilidades sociales, valores éticos y resiliencia, elementos clave para enfrentar los desafíos de la vida. En este sentido, la familia independiente de cómo está conformada se convierte en un espacio protector que asegura el crecimiento saludable y el desarrollo pleno de los NNA al sentirse valorados, escuchados y apoyados. La conformación de la familia no depende únicamente de su estructura o su tamaño sino de la calidad y cantidad de los espacios de socialización.

No obstante, también es fundamental reconocer que no todas las interacciones familiares son protectoras; condiciones como la negligencia, el abuso o la inestabilidad emocional de los cuidadores pueden afectar profundamente el desarrollo integral de NNA.

Autoritaria

Reglas estrictas y expectativas altas frente al deber ser del niño o niña o adolescente. Se exigen obediencia ycumplimiento de tareas sin explicar razones. No se tiene en cuenta la opinión de los NNA ni tienen derecho a expresarse Se prioriza el control y el poder del cuidador como autoridad. Se puede llegar a utilizar o justificar el castigo físico o maltrato psicológico. Bajas o nulas expresiones de afecto o cariño. 

Puede generar inseguridad y dependencia por falta de autonomía en los niños y las niñas o adolescentes, quienes empiezan a obedecer por miedo a las figuras de autoridad. 

En la adolescencia se pueden presentar rebeldía. 

Baja autoestima. 

Permisiva

Los cuidadores por lo general no tienen claro la estructura, orden y normas que dificulta establecen límites. 

Suelen evitar los conflictos y dejan que los niños y las niñas tomen sus propias decisiones en situaciones en los que ellos debe intervenir. En pocas palabras son niños/as que hacen lo que quieren sin miedo a las consecuencias, pues en la mayoría de los casos no las hay. 

Puede llevar a problemas de disciplina y poca tolerancia a la frustración. Los NNA se les dificulta respetan los limites claros de la dinámica familiar.    

 

Indiferente

Los padres, madres o cuidadores se involucran poco, tanto emocional como físicamente. 

No ofrecen guía, límites claros ni apoyo afectivo, los comportamientos de los NNA no tienen consecuencias ni positivas ni negativas. 

Puede afectar el desarrollo emocional y social de los niños y las niñas, generando ansiedad, baja autoestima, poco control de impulsos, entre otras

Democrática

Combina límites claros con afecto y apoyo. Los padres explican las reglas y fomentan el diálogo, y los NNA pueden expresarse con tranquilidad.  Promueve la autonomía, la autoestima y la responsabilidad. Hay una estructura clara de la dinámica familiar en la que cada uno de los miembros puede sentir apoyo y reconocimiento entre ellos. 

Considerado el estilo más equilibrado y positivo para el desarrollo de los niños y las niñas, lo que favorece una relación cercana, respetuosa y empática con sus hijos e hijas, con un adecuado desarrollo de autoestima, autoconfianza y autocrítica. 

Positiva

Educación basada en el respeto, el amor y el apoyo mutuo.  

Establecer límites claros de manera afectuosa, promoviendo el diálogo, la empatía y el refuerzo de comportamientos deseados. Frente a las acciones hayconsecuencias que pueden ser naturales o impuestas, pero siempre relacionadas con la acción o comportamiento que llevo a cabo el NNA 

Fortalece la autoestima, fomentando su autonomía, habilidades sociales y bienestar emocional y unas adecuadas relaciones familiares 

Habilidades Parentales

Estimulación del desarrollo_Son prácticas orientadas a promover oportunidades significativas de aprendizaje, juego, exploración y desarrollo integral. Incluyen actividades que fortalecen el desarrollo psicomotor, cognitivo-lingüístico y socioemocional, ajustadas al ritmo evolutivo y los intereses de cada niño o niña. Estas prácticas favorecen la autonomía progresiva, el pensamiento creativo y la autorregulación.

Hace referencia al establecimiento de rutinas consistentes y hábitos saludables en el entorno familiar, que brindan seguridad, previsibilidad y contención emocional. La estructuración ayuda a organizar el tiempo y las responsabilidades, promoviendo la participación activa de niños, niñas y adolescentes. La planificación conjunta de actividades, como el uso de tableros visuales, fortalece la adquisición de habilidades de organización y autocuidado.

Es la forma en la que se organiza la vida cotidiana de los NNA de forma que incluya un tiempo compartido en familia, tanto en los hábitos cotidianos como en actividades de ocio.
Las actividades compartidas se ajusten a las preferencias de los distintos miembros de la familia, de forma que les permita disfrutar a todos y todas de este tiempo compartido.

Habilidades Parentales

Establecer un verdadero equipo parental, cooperando entre todos los miembros de la familia en cuestiones relacionadas con su crianza y educación. Es la capacidad de establecer una buena alianza parental entre las personas que ejercen como figuras parentales, sean o no sus progenitores. Supone tanto una gestión adecuada y satisfactoria del reparto de tareas, como la capacidad de llegar a acuerdos a la hora de tomar decisiones basados en el respeto, la comunicación y la cooperación independiente del tipo de familia que se tenga.

Son conceptos, ideas o pensamientos que tiene las personas responsables del cuidado sobre como ocurre el desarrollo infantil, que actividades realizar, como disciplinar entre otras, de acuerdo a la edad NNA y características específicas en relación al género. Estas expectativas se consideran adecuadas cuando las personas a cargo del cuidado:
 
1) Reconocen el trato respetuoso.
2) Identifican responsabilidades en los NNA de acuerdo con la edad.
3) Refuerzan el esfuerzo y perseverancia en actividades y objetivos que se quieren cumplir.
4) Reconocen formas de aprendizaje y crecimiento de acuerdo con las experiencias.
5) Utilizan una a comunicación abierta.
 
 

Son todos los comportamientos parentales presentes en las interacciones cuidadores/as e hijos/as que tienen por objetivo favorecer una relación basada en el afecto, la calidez emocional, la comunicación, el diálogo, la implicación, el acompañamiento y el interés por los NNA. Estas prácticas de crianza se consideran positivas cuando el niño/a se siente seguro, querido, escuchado, atendido, comprendido y aceptado. Esto es posible cuando las personas a cargo del cuidado se adaptan y son flexibles a las características individuales de los NNA y a las circunstancias que le rodean. Lo que permite que los NNA puedan tener formas de comunicación asertiva, refuercen su autoestima, mejoren la regulación emocional, promueve vínculos seguros y estimula autonomía y el desarrollo social.

Se refiere a las prácticas de crianza relacionadas con el acompañamiento y supervisión en las diferentes actividades desarrolladas en el ámbito escolar.
Es una implicación escolar adecuada cuando los adultos están pendientes del comportamiento de sus hijos e hijas en la escuela, les apoyan en todo lo relacionado con sus tareas escolares, presentaciones, reuniones, extracurriculares entre otras y mantienen un contacto regular con el profesorado y compañeros/as de clase, así como se implican en la gestión escolar, de forma que les permita el desarrollo de la autonomía y la responsabilidad, pero con la guía y la permanencia de los cuidadores. Además de la forma en la que socializa con sus compañeros, profesores y demás personas que hacen parte de sus actividades escolares. Esta práctica requiere una articulación y diálogo permanente con la familia, de forma que se trabaje articuladamente.

Habilidades Parentales

Son los actos directos, claros y determinados que establecen normas y rutinas, así como la gestión adecuada ante el incumplimiento de estas. Es importante que NNA participen y conozcan cuáles son las normas y límites que deben respetar, así como las contingencias asociadas.

Las normas y supervisión se deben incluir en las actividades de ocio y/o entretenimiento.

Estas prácticas deben ser consistentes y adaptadas tanto a cada situación como a las características individuales de los hijos e hijas.

Está habilidad es de la madre, padre o cuidador/a para responder a las demandas de situaciones con alto contenido emocional que le permite reconocer y gestionar sus emociones y ser suficientemente flexible para que resulte adaptativa. Esta respuesta adaptativa implica que la persona adulta expresa y comprende adecuadamente sus emociones, manifestando control y manejo adecuado de las mismas y comprender las emociones de los hijos e hijas. En la medida en la que la madre, padre o cuidador no conozca y regule sus propias emociones será difícil que pueda comprender y ayudar en la gestión emocional de sus hijas e hijos. En la autorregulación de las emociones una práctica que ayuda mucho son las micro pausas, espacios que se toman para respirar y recordar quién es el adulto y cómo se debe responder a determinadas situaciones.   Es importante reconocer la carga cultural del cuidado en las mujeres, lo que implica procesos de reconocimiento, revaloración y redistribución en las familias y comunidades.

Es la capacidad adecuada que tiene la madre, padre o cuidador/a frente a su rol de figura de cuidador/a. Se evalúa la existencia de una percepción y confianza realista de las propias capacidades para el cuidado y la crianza. Se evalúa en qué medida la figura parental se siente satisfecha con la tarea de ser padre/madre y si esta hace parte de su identidad reconociendo las dificultades que se pueden presentar.

Se refiere al despliegue de prácticas de crianza durante el afrontamiento de situaciones estresantes relacionadas con el desempeño del cuidado y crianza. Este afrontamiento implica tomar conciencia de la situación y gestionarla mediante estrategias cognitivas, emocionales y/o comportamentales que ayuden a la madre, padre y cuidador/a afrontar de forma efectiva y satisfactoria la situación estresante, sin afectar las dinámicas familiares

Es la ayuda con la que cuenta la madre, el padre o cuidador/a en relación con el cuidado y crianza. Se incluye la capacidad de buscar y acceder a fuentes de apoyo diversas, familia, amigas, comunidad entre otras que son significativas y útiles en la crianza, así como cierta reciprocidad en el apoyo. Así mismo, refleja el apoyo proporcionado que le permite cubrir de forma eficaz y satisfactoria la necesidad de apoyo existente.
 
 

Evalúa las habilidades de las diferentes figuras parentales que están a cargo del cuidado (padres, madres, abuelas, etc.) para gestionar eficientemente las tareas relacionadas con la organización de las actividades de cuidado del hogar y la forma en la que se organiza para que todos y todas las personas que hacen parte de la familia participen. 

Realizaciones para el Desarrollo Integral

  • Construcción de su identidad de acuerdo con características particulares género, edad, etnia y lugar donde transita su vida, sus intereses, gustos, necesidades.
  • Establecimiento de límites en la infancia y en la adolescencia.
  • El respeto por la individualidad, el ritmo de desarrollo y las emociones de niños y niñas como base de la autoestima y las relaciones interpersonales.
  • Cuenta con relaciones con los pares, redes y organizaciones sociales y comunitarias de forma adecuada.
  • Relaciones seguras de apego para el bienestar emocional entre la madre, padre o cuidador/a y el niño o niña, adolescente.
  • Se cuenta con adecuadas estrategias para la superación de diferencias o dificultades.
  • Cuenta con una red primaria de apoyo afectivo y cuidado, que promueve vínculos seguros, la validación emocional y la construcción de autonomía. Esta red familiar puede incluir padres, madres, cuidadores u otros referentes significativos que acompañen activamente su desarrollo.
  • Seguimiento de la salud y el desarrollo integral (físico, cognitivo, social) de los niños y las niñas.
  • La salud mental es monitoreada desde el inicio de la vida, mediante estrategias de promoción del bienestar emocional, identificación temprana de dificultades del desarrollo y acompañamiento psicológico cuando sea necesario.
  • Promoción de la salud y visitas periódicas en salud para la verificación los avances en el crecimiento y desarrollo de acuerdo con la normatividad vigente. Realización de pruebas de tamizajes y diagnósticas en aquellos casos en los que se requiera.
  • Atención oportuna a problemas de salud ante enfermedades que se pueden presentar desde el momento del nacimiento: congénitas, huérfanas, relacionadas con el desarrollo o una discapacidad.
  • Alimentación adecuada de acuerdo con la edad. Se incluye la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses.
  • El desarrollo de actividades como el juego, lo lúdico, la expresión artística, la actividad física y deportiva.
  • Actividad física de acuerdo con la edad por medio del juego activo y la participación en algún deporte o actividades recreativas.
  • Educación Inclusiva de acuerdo con necesidades especiales.
  • Desarrollar sus capacidades y creatividad de acuerdo con sus gustos y habilidades.
  • Fomentar el juego, la lectura y actividades lúdicas, desarrollo de habilidades en música, artes, y otros intereses diferentes a los académicos
  • Participación en actividades educativas y de otros temas de su interés de acuerdo con la edad que favorecen favorecer el desarrollo de competencias socioemocionales como la empatía, la autorregulación y la colaboración.
  • Exponer sus sentimientos, ideas, creencias y opiniones.
  • Fomentar su participación y escucha en la vida cotidiana con incidencia en la toma de decisiones.
  • Autonomía y asignación de responsabilidades de acuerdo con la edad.
  • Fomento de actividades con pares para mejorar habilidades de socialización.
  • La participación activa fortalece habilidades como la toma de decisiones, el pensamiento crítico, la empatía y la regulación emocional, pilares del desarrollo psicosocial.
  • Entornos seguros y protectores.
  • Se permite, motiva y valida la opinión de NNA.
  • Garantía de las condiciones materiales y sociales para el ejercicio pleno de los derechos y la reducción de los riesgos
  • Vivir en entornos seguros y protectores.
  • Garantizar las condiciones materiales y sociales para el ejercicio pleno de los derechos y la reducción de los riesgos y amenazas a la integridad física y psicológica.
  • Promover el desarrollo de capacidades para prevenir, evitar y actuar de manera adecuada ante las situaciones de riesgo o amenaza contra su dignidad y desarrollo integral, o contra otro.
  • Transitar y desarrollar entornos configurados por escenarios de relación confiables, seguros y protectores que los reconocen.

  • El ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos es para todas las personas, desde la autonomía y libertad.
  • Debe incluirse la perspectiva de género, sin estigma y discriminación para abordar la sexualidad de NNA.
  • La sexualidad es una condición humana, se construye desde el reconocimiento de sí mismo, de la capacidad del disfrute y el respeto desde el nacimiento hasta la vejez.
  • Desde la infancia, la construcción de la sexualidad debe estar acompañada del desarrollo de habilidades psicoafectivas como el consentimiento, el autocuidado y el respeto por los límites propios y ajenos.

Construcción propia con bibliografía:  Política Nacional de Infancia y Adolescencia 2018 – 2030

 

  • Hombres y mujeres han aprendido de diferente forma sobre las relaciones con los NNA los dos están en igualdad de condiciones y capacidades para ejercer el cuidado y la crianza.
  • Las prácticas y los cuidados hacen parte de las creencias, costumbres, hábitos y rituales que las personas tienen y han aprendido desde sus experiencias, identidades culturales y expectativas de vida. Estas prácticas pueden ser protectoras o de riesgo que pueden ser fortalecidas y transformadas para garantizar el desarrollo NNA.
  • La crianza y los cuidados deben llevarse a cabo de acuerdo con la edad, las necesidades específicas y el nivel desarrollo de NNA relacionadas con diferentes criterios como la edad.
  • Las prácticas de cuidado y crianza deben adaptarse a los recursos con los que cuentan los cuidadores por eso la importancia del reconocimiento de la red de apoyo familiar, comunitaria e institucional
  • El cuidado y la crianza debe estar en pro de fortalecer la comunicación efectiva, fomento de la autonomía, resolviendo conflictos y estableciendo      límites.
  • Toda práctica de cuidado debe garantizar el bienestar físico, mental y social de los niños y niñas y adolescentes.
  • En la rutina diaria, las personas cuidadoras pueden llegar a subestimar ciertos espacios y situaciones que representan riesgos para NNA. Entre estos está desplazamiento sin acompañamiento a lugares de estudio, la permanencia en casa sin supervisión o el estar al cuidado de personas adultas que no cuentan con la capacidad adecuada para garantizar su protección.
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