Fortaleciendo el Cuidado y Crianza de niños, niñas y adolescentes

Este espacio de aprendizaje está diseñado para que los profesionales de la salud fortalezcan sus conocimientos y habilidades en el cuidado y crianza de niñas, niños y adolescentes (en adelante NNA) en el contexto colombiano. A lo largo de este módulo, abordaremos conceptos, estrategias y recomendaciones basadas en evidencia orientadas para promover el desarrollo integral, el bienestar emocional y la construcción de vínculos seguros.  

 

También exploramos los retos y las oportunidades que presenta la crianza en las diferentes edades en un entorno diverso, equitativo y multicultural, con énfasis en prácticas sensibles y respetuosas que respondan a las necesidades individuales y comunitarias de cada familia. 

¡Te invitamos a construir de manera conjunta el camino hacia una crianza y cuidado más consciente e inclusiva!

Capacidad de las personas para satisfacer las necesidades físicas, emocionales, sociales, de salud y seguridad.  Con relación al cuidado de niños y niñas, incluye respuestas contingentes y adecuadas a sus necesidades, brindando entornos seguros y protectores para su desarrollo integral. 

Estrategias, prácticas, herramientas y guías que permiten proporcionar los cuidados necesarios a lo largo de la infancia para proteger, educar y ayudarlos a desarrollar su potencial, bienestar, crecer sanos y saludables, felices y capaces de desenvolverse en el día a día en la cotidianidad, buscando que aprendan a vivir en sociedad, establezcan relaciones, estudien, trabajen y prosperen. Reconociendo que el desarrollo está relacionado con la salud física, mental, así como con lo espiritual, ético, cultural y social de la familia y la comunidad.

Estructura social que se constituye a partir de un proceso que genera vínculos de consanguinidad o afinidad entre sus miembros. Por lo tanto, si bien la familia puede surgir como un fenómeno natural producto de la decisión libre de dos personas, lo cierto es que son las manifestaciones de solidaridad, fraternidad, apoyo, cariño y amor, lo que la estructuran y le brindan cohesión a la institución (Consejo de Estado, 2013).  Es en la familia donde los cuidadores/as establecen los recursos y procesos que permiten el desarrollo integral para la interiorización de tomas de decisiones y autonomía antes los desafíos de la vida.  (Escrivá, M. V. M., García, P. S., Porcar, A. M. T., & Díez, I., 2001)

Personas responsables que estan a cargo del cuidado cotidiano de las niñas, niños y adolescentes. Son personas como su madre, padre, adulto, hermanos/as, abuelos, otros familiares o personas cercanas al hogar, entre ellas se incluye al vecino/a, amigos, agentes educativos entre otras. 

Se refiere a los patrones de interacción, comunicación y relaciones entre los miembros de una familia. Se organizan de acuerdo con roles, normas y jerarquías. Una dinámica familiar saludable promueve el bienestar emocional, social y psicológico de todos sus miembros. (Gallego, Pino, Álvarez, Montoya, Vargas, Correa, 2019). 

Es un conjunto de actitudes, creencias y comportamientos que la madre, padre o cuidadores adoptan de manera consistente en la educación y formación de los niños, niñas y adolescentes. Suelen clasificarse en categorías como: autoritario, permisivo, democrático y negligente. (Gallego, Álvarez, Arboleda, Correa y Rey, 2022) teniendo impactos muy dispares en el desarrollo de la personalidad de los niños y niñas. 

Son las acciones específicas que la madre, padre, cuidadores o adultos responsables llevan a cabo para educar, guiar y apoyar el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. Incluyen comportamientos concretos, como establecer límites, brindar afecto, fomentar la autonomía, aplicar disciplina, y promover hábitos saludables.  

Varían según el contexto cultural, social y familiar. (UNICEF, 2011) 

Son marcos de referencia creencias o patrones de conducta, basados en normas culturales, sociales y familiares, que guían a las personas responsables del cuidado en sus prácticas de crianza. (definición adaptada) OMS (2022). Intervenciones de crianza para prevenir el maltrato y fortalecer las relaciones entre padres, madres, cuidadores y niños de 0 a 17 años.

Capacidades de las personas en su rol de cuidadores-as de niñas, niños y adolescentes para garantizar su cuidado, protección, educación, guía, apoyo y bienestar.  Incluye la implementación de prácticas de   crianza que promueven relaciones positivas entre los NNA y las personas adultas responsables del cuidado y crianza (padres, madres, cuidadores/a) reconociendo formas de comunicación efectiva, fomento de la autonomía, resolución de conflictos y el establecimiento de límites y normas que garantizan el      bienestar mental. 

Reacción emocional que presentan los padres, madres y/o cuidadores/ al sentirse estresados o nerviosos frente a las situaciones relacionadas con el cuidado o la crianza de NNA y la crianza.  Puede afectar la salud mental, física y emocional de los padres, madres y/o cuidadores, así como su capacidad para interactuar positivamente con sus hijos, generando momentos de desborde emocional y tensión en el entorno. (Pérez J., Menéndez A., Hidalgo V., 2014)

Procesos de interacciones humanas basadas en los derechos, dignidad y la libertad.   En las relaciones con los niños y las niñas, esto se materializa en la comunicación adecuada con base en su edad, la escucha activa, la promoción de la participación en las decisiones que les afecta y la atención adecuada y pertinente a sus necesidades físicas, emocionales y sociales.

El desarrollo integral en la primera infancia es un abordaje propio de Colombia que se incorpora desde la Ley 1098 de 2006 y que se retoma en la ley 1804 de 2016, como propósito fundamental de la Política de Estado para el desarrollo integral de la primera infancia. El desarrollo incluido lo que sucede en la primera infancia se comprende como un proceso complejo continuo, que inicia en el útero y concluye cuando acaba la vida, está mediado por aspectos biológicos, psicológicos, sociales, históricos y culturales. Durante su vida el ser humano cambia constantemente, crece, aprende y estructura su personalidad tanto individual como social, fortaleciendo su autonomía y complejizando sus funciones y procesos (Fundamentos políticos, técnicos y de gestión, 2013).

Conjunto de condiciones que sientan las bases para la salud, la nutrición, la seguridad y la protección, así como las condiciones en los servicios a través de una atención receptiva y de oportunidades para el aprendizaje temprano de niñas y niños. OPS (2021)

Construcción propia con bibliografía:  Organización Mundial de la Salud (2023) Directrices de la OMS sobre intervenciones parentales para prevenir el maltrato y mejorar las relaciones entre padres e hijos con niños de 0 a 17 años.

Las familias están conformadas por diferentes personas que juegan un rol en cada una de ellas de acuerdo con las dinámicas y personas que hacen parte de ellas, en esta gráfica se pueden observar las diferentes conformaciones familiares.  

Construcción propia con bibliografía:  Observatorio Nacional de Familias – Departamento Nacional de Planeación

Las familias de las niñas, niños, adolescentes transitan y se desarrollan en entornos configurados por relaciones que deben ser confiables, seguras y protectoras que los reconocen, donde se promueve desarrollo integral y se previenen los riesgos y amenazas que pueden generar vulneraciones de sus derechos.

Así, las dinámicas familiares definen estilos y prácticas de crianza que están profundamente interrelacionados, ya que las interacciones, roles y normas que se establecen en el núcleo familiar influyen directamente en cómo la madre, padre, y las personas cuidadoras educan y guían a los niños y niñas y adolescentes en sus tránsitos de vida. Estas dinámicas determinan el clima relacional y emocional de las familias, las estrategias de disciplina mediante límites claros y la calidad del vínculo afectivo, lo que impacta en el desarrollo emocional, social y cognitivo de los NNA y la familia.

Comprender esta relación permite identificar cómo las relaciones familiares pueden reforzar o dificultar las prácticas de crianza. Por ello, es clave que el talento humano en salud desarrolle competencias para identificar tanto factores protectores como señales de alerta dentro del entorno hogar, de modo que se garantice una intervención oportuna.

¡Estilos de crianza!

Los estilos de crianza son comportamientos, actitudes y creencias particulares por medio las cuales las personas responsables del cuidado se relacionan con niñas, niños y adolescentes, expresadas a través de prácticas cotidianas que guían, reflejan afecto, regulan comportamientos, comunican, establecen normas, entre otras. Estas formas pueden agruparse según sus principales características, reconociendo que una misma familia puede combinar distintos estilos y que estos pueden cambiar ante las experiencias o sucesos vitales, así como en las diferentes etapas del desarrollo (primera infancia, infancia y adolescencia).  (Bautista, L., 2024). Es importante mencionar que las consecuencias negativas pueden reconocerse como experiencias adversas de la niñez y pueden ser consultados.

A continuación, se presentan ejemplos que ilustran cómo estos estilos se manifiestan y qué efectos tienen en el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes.

Construcción Propia con bibliografía:  Monserrate M. y García M. (2020) Los estilos de crianza en el desarrollo socioafectivo de niños de 6 a 11 años.

La familia, como núcleo de socialización, influye directamente en el desarrollo de NNA a través de sus dinámicas y estilos de crianza. Las dinámicas familiares, caracterizadas por la comunicación, la resolución de conflictos y la distribución de roles, modelan y moldean interacciones entre sus miembros y determinan el ambiente en el que se lleva a cabo la crianza. A su vez, los estilos de crianza impactan la forma en que las personas responsables del cuidado definen las interacciones en relación con las normas, el afecto, la disciplina y fomentan la autonomía. En este contexto, las habilidades parentales juegan un papel crucial permiten a los/las cuidadores/as responder de manera sensible y adecuada a las necesidades emocionales, cognitivas y sociales de los NNA promoviendo su bienestar y desarrollo integral. Así, una familia con dinámicas funcionales y un estilo de crianza basado en la comunicación y el respeto favorece la adquisición de habilidades parentales efectivas, lo que se traduce en un entorno protector y enriquecedor para el desarrollo infantil

¿Qué son las Habilidades parentales?

Las habilidades parentales son el conjunto de capacidades, conocimientos y actitudes que promueven relaciones positivas entre los NNA y las personas adultas responsables del cuidado y la crianza (padres, madres, cuidadores/a) reconociendo formas de comunicación efectiva, fomento de la autonomía, resolución de conflictos y el establecimiento de límites que garantizan el bienestar físico y mental. 

Construcción Propia con bibliografía: Cruz Roja Española y Ministerio de la Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (s.f)

Es así como las habilidades parentales son fundamentales para el desarrollo infantil, ya que influyen en la seguridad emocional, la autonomía y las capacidades cognitivas y sociales de los niños, las niñas y los adolescentes. Cuando la madre, padre o cuidador/a cuentan con herramientas adecuadas para establecer límites, brindar apoyo emocional y fomentar la exploración del entorno, crean un ambiente que facilita el aprendizaje y el bienestar. Una crianza basada en la comunicación, el afecto y la disciplina positiva, potencia el desarrollo integral, permitiendo que los NNA crezcan con autoestima, resiliencia y habilidades para relacionarse de manera saludable con los demás. Las herramientas acerca de la regulación emocional y las habilidades de comunicación asertiva modelan habilidades para fortalecer el vínculo afectivo.

Es fundamental reconocer que los estilos y prácticas de crianza que personas responsables del cuiadado recibieron en su infancia influyen directamente en la forma en que hoy ejercen el cuidado y la crianza de sus hijos e hijas. Estas experiencias pasadas pueden reproducirse de manera automática o, por el contrario, transformarse cuando se toma conciencia de ellas. Por ello, es clave abrir espacios de reflexión y estar dispuestos a buscar orientación o apoyo profesional cuando se identifican dificultades o patrones que afectan negativamente la relación con los NNA. La crianza no está determinada de forma definitiva: siempre es posible aprender, cambiar y fortalecer vínculos desde el respeto, el afecto y la corresponsabilidad. Además, es fundamental entender que transformar las prácticas culturales y las creencias arraigadas en nuestra sociedad permitirá el adecuado desarrollo de NNA, favoreciendo la eliminación de prácticas violentas.

Por medio de la crianza adecuada y los cuidados efectivos se promueve un desarrollo para alcanzar el máximo potencial.

¡Recordemos elementos claves en el desarrollo integral de NNA!

Las Políticas Poblacionales tanto la de primera infancia como la de Infancia y Adolescencia establecen el abordaje del Desarrollo Infantil de forma holística compleja y sistemática que contribuye al fortalecimiento de la identidad, la autonomía y el sentido de lo individual y lo colectivo. El Desarrollo Integral se presenta en diferentes dinámicas que son particulares y diversas, continuas y discontinuas. Se debe tener en cuenta que los NNA: 1) Se conciben como seres humanos activos y protagonistas de su propio desarrollo. 2) Implican el reconocimiento de su carácter multidimensional (social, biológico, psicológico, cultural, histórico) desde la construcción social de las interacciones 3) Deben contar con vínculos, redes y relaciones inmersos en contextos significativos de cuidado y protección. 4) Se construye en entornos particulares donde transita su curso vital y los efectos acumulativos de la vida. En el marco de las políticas se han definido las realizaciones como aquellas condiciones y estados que se materializan en la vida de cada niña, niño y adolescente que hacen posible su desarrollo integral.

Las prácticas de cuidado y crianza pueden identificarse durante las valoraciones y entrevistas que se hace a ellos en las diferentes atenciones en salud (urgencias, consulta externa, consultas familiares y grupales). Estas instancias representan oportunidades clave para evaluar y fortalecer las habilidades de las personas responsables del cuidado, así como para detectar posibles riesgos que puedan afectar el desarrollo y bienestar integral de los niños, niñas y adolescentes.

 

En este sentido es importante recordar que el país en el marco de la Resolución 3280 de 2018, cuenta con el proceso de valoración del componente familiar que implica conocer la estructura, las relaciones y dinámicas de las familias, así como las condiciones  individuales de sus integrantes que afectan la familia como sistema abierto y las capacidades y recursos personales y familiares que inciden en la salud familiar.  Este proceso se incluye en las atenciones de valoración integral por momento de curso de vida y en el procedimiento de atención básica de orientación familiar en las cuales se cuenta con instrumentos básicos de apoyo como el familiograma, el apgar familiar y la escala Zarit.  Estos instrumentos hacen parte del conjunto de herramientas para operacionalizar la Ruta Integral de Promoción y Mantenimiento de la Salud, siendo sugeridos para uso de los equipos de atención en salud, dispuestos en:

Organización Mundial de la Salud (2023) Directrices de la OMS sobre intervenciones parentales para prevenir el maltrato y mejorar las relaciones entre padres e hijos con niños de 0 a 17 años. El desarrollo de este contenido lo puede encontrar en el modulo13 de esta herramienta. Disponible en:

 

Para que los y las profesionales de la salud puedan fortalecer la orientación en el cuidado y la crianza de personas responsables del cuidado es fundamental partir de sus posibilidades y contextos, movilizando los recursos con los que cuentan para brindar el mejor acompañamiento posible., es fundamental reconocer que quienes asumen esta responsabilidad hacen su mejor esfuerzo en el acompañamiento de NNA. Por ello, es clave garantizar su acceso a información, herramientas y servicios que les permitan desempeñar esta labor de manera efectiva. En este sentido, En este contexto, se recomienda a los y las profesionales de la salud reconocer y orientar a partir de los siguientes principios:

Demos un vistazo más profundo a cada principio para comprender su importancia.

En conclusión, se consideran elementos claves para el Cuidado desde la Crianza:

Construcción propia con bibliografía: Organización Mundial de la Salud (2023) Directrices de la OMS sobre intervenciones parentales para prevenir el maltrato y mejorar las relaciones entre padres e hijos con niños de 0 a 17 años. Cuidado Para el Desarrollo Infantil. Mejorar el cuidado de niños y niñas pequeños (OMS, OPS y UNICEF 2017) 

En el marco de los enfoques de género, diferencial e interseccionalidad, y reconociendo la importancia de la interculturalidad y la promoción de espacios seguros, es fundamental comprender las prácticas y cuidados parentales como elementos clave en el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes (NNA). Estos enfoques permiten visibilizar las múltiples realidades que atraviesan las familias y sus formas de crianza, así como identificar barreras y oportunidades para fortalecer el acompañamiento emocional y afectivo en los hogares.

En este sentido, durante la consulta se puede indagar sobre las prácticas de crianza, cuidado y habilidades parentales que se ejercen como función orientadora dentro del contexto familiar. Esta exploración permite comprender las dinámicas de cuidado que influyen en el desarrollo infantil, reconociendo fortalezas y posibles áreas de mejora en la crianza.

A continuación, se presentan unas preguntas que buscan generar un espacio de diálogo entre el profesional de la salud y las personas responsables del cuidado, para reflexionar sobre sus prácticas, creencias y emociones en relación con la crianza. A través de preguntas abiertas, se incentiva la adaptación y resignificación de conocimientos y actitudes, fortaleciendo así sus habilidades parentales. Además, al incluir la voz de NNA en la conversación, se promueve un enfoque participativo que reconoce sus necesidades y derechos dentro del proceso de crianza.

¿Preguntas ?

  • ¿Quiénes participan en la cuidado y crianza de sus hijos e hijas?
  • ¿Qué caracteriza las prácticas de cuidado y crianza realizadas habitualmente por usted y su familia? Por ejemplo, Cuándo se despierta para comenzar el día. Cuando se presenta una situación que genera conflicto dentro de la familia conflicto. O Cuándo se distribuyen las tareas del hogar, 
  • ¿Actualmente, hay algunas condiciones o necesidades específicas de usted o su familia que estén afectando sus prácticas de cuidado y crianza?
  • ¿Cómo fomenta en su familia la comunicación abierta y el vínculo afectivo con el niño y la niña?
  •  Ante una situación que requiera un llamado de atención para el NNA ¿cuáles son las estrategias que utiliza para que fomenten el respeto y el autocontrol? ¿Se hacen acuerdos previos para concertar / definir límites en el hogar?
  • ¿Cuáles son las prácticas de autocuidado que usted y las personas cuidadoras realizan para evitar el agotamiento y promover su bienestar personal?
  • Cuenta con recursos educativos y de apoyo para mejorar sus habilidades parentales. ¿Cuáles?
  • ¿Considera que el ambiente en el que el NNA vive, es seguro, saludable y apropiado?
  • ¿Cuál es el tiempo que puede designar para actividades educativas, recreativas, juego para llevar a cabo estas actividades?
  • ¿Qué actividades realizan en familia para fortalecer espacios de convivencia, dialogo y compañía?
  • ¿Con quién cuenta a su alrededor para buscar apoyo o ayuda cuando requiere el cuidado de sus hijos e hijas?
  • ¿Cómo se fomenta los procesos de escucha de los NNA y se tienen en cuenta sus aportes y opiniones en las decisiones familiares?
  • ¿Cuáles son las estrategias que utiliza para lograr identificar las señales de malestar o estrés en su hijo e hija?
La identificación de prácticas y habilidades parentales facilita el diálogo con madres, padres y cuidadores, permitiéndoles fortalecer su relación con los NNA en el proceso de cuidado y crianza. La evidencia indica que el desarrollo de estas habilidades tiene un impacto más positivo en NNA cuando los cuidadores cuentan con conocimientos sobre el funcionamiento de la teoría del aprendizaje. Para definir las estrategias con las cuales se pueden reforzar las habilidades parentales es importante que el profesional lleve a cabo las siguientes actividades por medio de la identificación de prácticas de cuidado que permiten el desarrollo integral de las NNA, puede utilizar las preguntas antes mencionadas para poder identificar necesidades que puede abordar durante la consulta:

Por medio de la observación y entrevistas con las preguntas abiertas con los cuidadores/as se podrán identificar prácticas de cuidado, crianza y habilidades parentales para establecer como aportan al desarrollo integral de NNA.

Reconocer aquellas habilidades y prácticas que pueden fortalecerse o requieren adaptarse a las necesidades de los NNA.

Construir de manera conjunta con las familias un plan de fortalecimiento de acciones propias y estrategias personalizadas derivadas de las atenciones individuales y familiares que permitan la entrega de información y educación; referenciar a interconsulta a consulta por psicología o trabajo social cuando las dinámicas familiares requieran fortalecer habilidades parentales, la activación y acompañamiento a rutas de protección y atención de vulneración de derechos.

Generar procesos de seguimiento conjunto con las familias para identificar logros y metas nuevas ante los cambios en las prácticas de crianza, habilidades parentales con el fin de ajustar las intervenciones según sea necesario.

Tanto las preguntas orientadoras como las intervenciones que se generaren a través de la evaluación deben proponer porque los NNA reciban un cuidado cariñoso y sensible, que les permita desarrollar todo su potencial promoviendo la comprensión, un cuidado que atienda las necesidades físicas, emocionales y sociales de manera empática y cercana, que reconoce y responde de manera adecuada a sus emociones y comportamientos, brindándoles apoyo y seguridad,  fortaleciendo los vínculos entre cuidadores-as e hijos-as.

Fuente: Organización Mundial de la Salud (2021) El cuidado cariñoso y sensible

El cuidado cariño y sensible hace referencia a todas las habilidades parentales y prácticas de crianza que se llevan a cabo reconociendo su trayectoria de vida

Evaluación Inicial

Las preguntas antes mencionadas permiten evaluar y generar un diálogo para identificar y revisar las habilidades parentales y las prácticas de cuidado que están enfocadas a cubrir las necesidades de niñas, niños y adolescentes en el marco de sus derechos. Las necesidades de Maslow adaptadas a esta población puede ser un referente para verificar las prácticas sobre cuidado cariñoso y sensible de forma rápida y sencilla.

Necesidad

Alimentación adecuada a la edad, rutinas de descanso, cuidado de la salud e higiene, prácticas espirituales para comunidades étnicas.  

Verificación de entornos seguros, supervisión activa, rutinas, apoyo emocional constante, acompañar al niño y niña actividades que están dentro y fuera del hogar. Especialmente cuando hay personas a su alrededor. A igual se debe verificar y reducir situaciones de riesgo para accidentes relacionado con fracturas, quemaduras.

Fomento de vínculo afectivo seguro, de mostrar cariño y afecto, interacciones sociales con la familia y pares; participación de actividad dentro de la familia y validación emocional y de los sentimientos.

Elogiar esfuerzos y logros, fomentar autonomía e independencia, establecer límites e instrucciones claras, resolver conflictos con respeto, apoyar la toma de decisiones, ayudar a reconocer el malestar emocional ante situaciones para que pueda gestionar sus propias emociones ante los demás, apoyar el reconocimiento de situaciones difíciles y su capacidad para asumir la situación.

Estimulación intelectual de acuerdo con la edad, fomentar la curiosidad, desarrollar talentos y habilidades, promover la flexibilidad, comprender sus propios intereses, valores y emociones, apoyar en la construcción del mundo de acuerdo con su edad.

1) Todas las familias tienen la capacidad para cuidar y proteger a los NNA, no pueden hacerlo solas, algunas familias necesitan algo de apoyo y otras necesitan todo el apoyo que puedan recibir.

Como satisfacer las necesidades de las familias y los niños

No todos los niños y las niñas y adolescentes ni todas las familias requieren intervenciones y servicios de la misma intensidad y canalización. Las familias necesitan información, reafirmación y estímulo. Algunas familias requieren más activación de respuesta mediante derivaciones, recursos y servicios personalizados tanto de salud, sociales, de protección y jurídicos. Una proporción pequeña de familias necesita un apoyo y seguimiento más intensivo a largo plazo, por ejemplo, cuando los cuidadores o los niños y las niñas tienen situaciones que requieren más atención porque son más duraderas y más difíciles de cambiar. Para el abordaje de las familias se reconocen tres niveles de apoyo: universal, dirigido e indicado. Los servicios de los tres niveles deben integrarse al sistema de salud para formar un continuo de atención no interrumpida. Las familias pueden requerir los servicios en diferentes momentos del curso de vida según los retos que enfrentan.

Fuente: Organización Mundial de la Salud (2021) El cuidado cariñoso y sensible.

2) Identificación de habilidades parentales y prácticas de crianza:

Una vez se han identificado las necesidades de los niños, niñas y adolescentes, se pueden reconocer también las habilidades parentales y prácticas de crianza asociadas, así como definir acciones y estrategias para su fortalecimiento o mejora. A continuación en las siguientes tablas se pueden identificar prácticas que requieren cambio y propuestas que se pueden trabajar con los padres.

 

Prácticas de Crianza que generan daño inmediato o severo

Actividades por realizar por el profesional

  • Requieren intervención inmediata por parte de los profesionales de la salud psicología o trabajo social, enfermería, medicina ya que ponen en riesgo la seguridad, el bienestar físico o emocional del niño o niña.

 

  • Activación de respuesta institucional para la garantía de los derechos de NNA de acuerdo con las rutas establecidas para ello.

3) Recomendaciones en habilidades parentales y prácticas de crianza que pueden enseñarse

Desde un enfoque integral, los profesionales de la salud desempeñan un rol clave en la orientación a cuidadores, promoviendo prácticas que favorezcan un entorno seguro, protector y enriquecedor para que cada niño y niña alcance su máximo potencial en un contexto de respeto y bienestar.

 

Las estrategias que pueden llevarse a cabo para fortalecer una crianza positiva, sensible y cariñosa por medio de las habilidades parentales se desarrollan teniendo en cuenta las necesidades observadas en cada una de las familias asociadas a las prácticas de cuidado que fortalecen o afectan el bienestar físico y la salud mental de NNA. Estas estrategias se dividen de acuerdo con la edad de NNA de 0 a 17 años.

Referencias bibliográficas

Bautista Luis, (2024) Extraído de la Página: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1692-715X2024000100043

CEECD (2024) Enciclopedia de Habilidades parentales. Extraído de la página: chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.enciclopedia-infantes.com/pdf/complet/habilidades-parentales

Cruz Roja Española y Ministerio de la Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (s.f) Extraído de la página: https://zonacreo.com/wp-content/uploads/2021/04/Guia-Competencias-Parentales_web-def-2.pdf

Departamento Nacional de Planeación (2025) Observatorio Nacional de Familias. Estructura Familiar. Extraído de la página. https://observatoriodefamilia.dnp.gov.co/Sistema-de-monitoreo/Indicadores-sociodemogr%C3%A1ficos/Tipologias-de-familias/Paginas/estructura-familiar.aspx

Escrivá, M. V. M., García, P. S., Porcar, A. M. T., & Díez, I. (2001). Estilos de crianza y desarrollo prosocial de los hijos. Revista de psicología general y aplicada: Revista de la Federación Española de Asociaciones de Psicología. Extraído de la página https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2364995

Gobierno Nacional (2018) Política Nacional de Infancia y Adolescencia 2018 – 2030. Extraída de la página: chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://www.icbf.gov.co/sites/default/files/politica_nacional_de_infancia_y_adolescencia_2018_-_2030_0.pdf

Gallego Henao, A. M., Pino Montoya, J. W., Álvarez Gallego, M. M., Vargas Mesa, E. D., y Correa Idarraga, L. V. (2019). La dinámica familiar y es-tilos de crianza: pilares fundamentales en la dimensión socioafectiva.  Hallazgos, 16(32), 131-150. DOI:https://doi.org/10.15332/2422409X.5093

Gallego, A.; Álvarez, M.; Arboleda, C.; Correa, D. y Rey, N. (2022). Prácticas de crianza y estilos parentales: contextos sociales y retos para la Administración Pública. Administración & Desarrollo, 52(2), 182-202. https:// doi.org/10.22431/25005227.vol52n2.10

Gómez M. (2019) Percepción de la jerarquía de necesidades de Maslow y su relación con los factores de atracción y retención del talento humano. Tecnológico de Monterrey México. Extraído de la página: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/8721849.pdf

 

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (2021) Desarrollo integral. Extraído de la página: https://www.icbf.gov.co/system/files/procesos/pu6.p_cartilla_desarrollo_integral_v1.pdf

 

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (2021) ABC de la política pública de la `primera infancia, infancia  y adolescencia extraído de la página  https://www.icbf.gov.co/sites/default/files/abc_de_la_politica_publica.pdf

 

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (s.f) Promover la Construcción de Normas y Limites – práctica 3. Extraída de la página: https://www.icbf.gov.co/system/files/procesos/pu8.mo13.pp_ficha_practica_3-_acompanar_la_construccion_de_identidad_v1.pdf

 

Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (s.f) Promover la Construcción de Normas y Limites – práctica 4. Extraída de la página: https://www.icbf.gov.co/system/files/procesos/pu9.mo13.pp_ficha_practica_4-_promover_la_construccion_de_normas_y_limites_v1.pdf

Ministerio de Educación Nacional (2018) Prácticas de Cuidado y Crianza (2018) Extraído de la página:  (https://contenidos.mineducacion.gov.co/ntg/men/pdf/Practicas_de_Cuidado.pdf

 

Monserrate M. y García M. (2020) Los estilos de crianza en el desarrollo sociafectivo de niños de 6 a 11 años. Revista Científica del Dominio de la Ciencia (Dom. Cien)., ISSN: 2477-8818 Vol. 6, núm. 4, octubre-diciembre 2020, pp. 732-750. Extraída de la página https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/8638090.pdf.

Organización Mundial de la Salud (2023) Directrices de la OMS sobre intervenciones parentales para prevenir el maltrato y mejorar las relaciones entre padres e hijos con niños de 0 a 17 años. Extraído de la Página: https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/375920/9789240087514-spa.pdf?sequence=1

 

Organización Mundial de la Salud (2021) El cuidado cariñoso y sensible. Para le desarrollo de la primera infancia. Extraído de la página: chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/55218/9789275324592_spa.pdf 

 

UNICEF (2025) El cuidado y crianza de NNA. https://www.unicef.org/lac/el-cuidado-y-la-crianza-de-ni%C3%B1os-y-ni%C3%B1as

UNICEF (2011) Mucho poquito o nada, guía sobre pautas de crianza en niños y niñas de 0 a 5 años. www.unicef.org/mexico/media/6301/file/Gu%C3%ADa_sobre_pautas_de_crianza_para_ni%C3%B1os_y_ni%C3%B1as_de_0_a_5_a%C3%B1os_de_edad.pdf

While viewing the website, tap in the menu bar. Scroll down the list of options, then tap Add to Home Screen.
Use Safari for a better experience.

¿Por qué la familia es clave en el desarrollo integral de los NNA?

Las familias comprendidas como sujetos colectivos y sistemas vivos en constante interacción con los entornos son escenarios primordiales para el cuidado, siendo agentes clave para potenciar el desarrollo tanto de cada uno de sus miembros, como a nivel colectivo y social.  En este sentido, es en las familias en las que los NNA construyen los cimientos emocionales, sociales y cognitivos que influyen en su desarrollo integral. Un contexto familiar seguro, caracterizado por el afecto, la comunicación abierta y el respeto, proporciona a los miembros de la familia la estabilidad necesaria para explorar el mundo, desarrollar su autonomía y fortalecer su autoestima.

Si se promueven prácticas de crianza amorosas y respetuosas no solo se garantiza el bienestar emocional de sus miembros, sino que también fomentan habilidades sociales, valores éticos y resiliencia, elementos clave para enfrentar los desafíos de la vida. En este sentido, la familia independiente de cómo está conformada se convierte en un espacio protector que asegura el crecimiento saludable y el desarrollo pleno de los NNA al sentirse valorados, escuchados y apoyados. La conformación de la familia no depende únicamente de su estructura o su tamaño sino de la calidad y cantidad de los espacios de socialización.

No obstante, también es fundamental reconocer que no todas las interacciones familiares son protectoras; condiciones como la negligencia, el abuso o la inestabilidad emocional de los cuidadores pueden afectar profundamente el desarrollo integral de NNA.

Autoritaria

  • Reglas estrictas y expectativas altas frente al deber ser del niño o niña o adolescente.
  • Se exigen obediencia y cumplimiento de tareas sin explicar razones.
  • No se tiene en cuenta la opinión de los NNA ni tienen derecho a expresarse se prioriza el control y el poder del cuidador como autoridad.Se puede llegar a utilizar o justificar el castigo físico o maltrato psicológico.
  • Bajas o nulas expresiones de afecto o cariño.
  • Puede generar inseguridad y dependencia por falta de autonomía en los niños y las niñas o adolescentes, quienes empiezan a obedecer por miedo a las figuras de autoridad.
  • En la adolescencia se pueden presentar rebeldía.
  • Baja autoestima.

Permisiva

  • Los cuidadores por lo general no tienen claro la estructura, orden y normas, no establecen límites claros, son difusos y maleables de acuerdo con las situaciones.
  • Suelen evitar los conflictos y dejan que los NNA tomen sus propias decisiones en situaciones en los que ellos debe intervenir. En pocas palabras son niños/as que hacen lo que quieren sin miedo a las consecuencias, pues en la mayoría de los casos no las hay.
  • Puede llevar a problemas de disciplina y poca tolerancia a la frustración. Los NNA se les dificulta respetan los límites claros de la dinámica familiar.  Estos NNA pueden tener dificultades con la autodisciplina, el éxito académico, la regulación emocional y las relaciones sociales. Según Verywell Mind, los niños criados por padres permisivos tienden a ser egocéntricos, exigentes, y pueden sentirse inseguros por la falta de orientación. 

 

Indiferente

  • Los padres, madres o cuidadores se involucran poco, tanto emocional como físicamente ni con reglas o parámetros claros para los NNA.
  • No ofrecen guía, límites claros ni apoyo afectivo, los comportamientos de los NNA no tienen consecuencias ni positivas ni negativas, no hay adecuados canales de comunicación
  • Puede afectar el desarrollo emocional y social de los NNA generando ansiedad, baja autoestima, poco control de impulsos, dificultad para establecer relaciones saludables, falta de empatía, conductas de riesgo y problemas académicos.

Democrática

  • Combina límites claros con afecto y apoyo.
  • Los padres explican las reglas y fomentan el diálogo, y los NNA pueden expresarse con tranquilidad.
  • Promueve la autonomía, la autoestima y la responsabilidad teniendo en cuenta la edad de sus hijos, y basada en el respeto.
  • Hay una estructura clara de la dinámica familiar en la que cada uno de los miembros puede sentir apoyo y reconocimiento entre ellos.
  • Considerado el estilo más equilibrado y eficaz para el desarrollo de los NNA, lo que favorece una relación cercana, respetuosa y empática con sus hijos e hijas, con un adecuado desarrollo de autoestima, autoconfianza y autocrítica. Las relaciones se construyen basadas en la confianza, el respeto y la comunicación.

Positiva

  • Educación basada en el respeto, el amor y el apoyo mutuo.
  • Establecer límites claros de manera afectuosa, promoviendo el diálogo, la empatía y el refuerzo de comportamientos deseados. Frente a las acciones hay consecuencias que pueden ser naturales o impuestas, pero siempre relacionadas con la acción o comportamiento que llevo a cabo el NNA.
  • Fortalece la autoestima, fomentando su autonomía, habilidades sociales y bienestar emocional y unas adecuadas relaciones familiares.

Habilidades Parentales

Estimulación del desarrollo: Son prácticas orientadas a promover oportunidades significativas de aprendizaje, juego, exploración y desarrollo integral. Incluyen actividades que fortalecen el desarrollo psicomotor, cognitivo-lingüístico y socioemocional, ajustadas al ritmo evolutivo y los intereses de cada niño o niña. Estas prácticas favorecen la autonomía progresiva, el pensamiento creativo y la autorregulación.

Hace referencia al establecimiento de rutinas consistentes y hábitos saludables en el entorno familiar, que brindan seguridad, previsibilidad y contención emocional. La estructuración ayuda a organizar el tiempo y las responsabilidades, promoviendo la participación activa de niños, niñas y adolescentes. La planificación conjunta de actividades, como el uso de tableros visuales, fortalece la adquisición de habilidades de organización y autocuidado.

Es la forma en la que se organiza la vida cotidiana de los NNA de forma que incluya un tiempo compartido en familia, tanto en los hábitos cotidianos como en actividades de ocio.
Las actividades compartidas se ajusten a las preferencias de los distintos miembros de la familia, de forma que les permita disfrutar a todos y todas de este tiempo compartido.

Habilidades Parentales

Establecer un verdadero equipo parental, cooperando entre todos los miembros de la familia en cuestiones relacionadas con su crianza y educación. Es la capacidad de establecer una buena alianza parental entre las personas que ejercen como figuras parentales, sean o no sus progenitores. Supone tanto una gestión adecuada y satisfactoria del reparto de tareas, como la capacidad de llegar a acuerdos a la hora de tomar decisiones basados en el respeto, la comunicación y la cooperación independiente del tipo de familia que se tenga.

Son conceptos, ideas o pensamientos que tiene las personas responsables del cuidado sobre como ocurre el desarrollo infantil, que actividades realizar, como disciplinar entre otras, de acuerdo a la edad NNA y características específicas en relación al género. Estas expectativas se consideran adecuadas cuando las personas a cargo del cuidado:
 
1) Reconocen el trato respetuoso.
2) Identifican responsabilidades en los NNA de acuerdo con la edad.
3) Refuerzan el esfuerzo y perseverancia en actividades y objetivos que se quieren cumplir.
4) Reconocen formas de aprendizaje y crecimiento de acuerdo con las experiencias.
5) Utilizan una a comunicación abierta.
 
 

Son todos los comportamientos parentales presentes en las interacciones cuidadores/as e hijos/as que tienen por objetivo favorecer una relación basada en el afecto, la calidez emocional, la comunicación, el diálogo, la implicación, el acompañamiento y el interés por los NNA. Estas prácticas de crianza se consideran positivas cuando el niño/a se siente seguro, querido, escuchado, atendido, comprendido y aceptado. Esto es posible cuando las personas a cargo del cuidado se adaptan y son flexibles a las características individuales de los NNA y a las circunstancias que le rodean. Lo que permite que los NNA puedan tener formas de comunicación asertiva, refuercen su autoestima, mejoren la regulación emocional, promueve vínculos seguros y estimula autonomía y el desarrollo social.

Se refiere a las prácticas de crianza relacionadas con el acompañamiento y supervisión en las diferentes actividades desarrolladas en el ámbito escolar.
Es una implicación escolar adecuada cuando los adultos están pendientes del comportamiento de sus hijos e hijas en la escuela, les apoyan en todo lo relacionado con sus tareas escolares, presentaciones, reuniones, extracurriculares entre otras y mantienen un contacto regular con el profesorado y compañeros/as de clase, así como se implican en la gestión escolar, de forma que les permita el desarrollo de la autonomía y la responsabilidad, pero con la guía y la permanencia de los cuidadores. Además de la forma en la que socializa con sus compañeros, profesores y demás personas que hacen parte de sus actividades escolares. Esta práctica requiere una articulación y diálogo permanente con la familia, de forma que se trabaje articuladamente.

Habilidades Parentales

Son los actos directos, claros y determinados que establecen normas y rutinas, así como la gestión adecuada ante el incumplimiento de estas. Es importante que NNA participen y conozcan cuáles son las normas y límites que deben respetar, así como las contingencias asociadas.

Las normas y supervisión se deben incluir en las actividades de ocio y/o entretenimiento.

Estas prácticas deben ser consistentes y adaptadas tanto a cada situación como a las características individuales de los hijos e hijas.

Está habilidad responde a la capacidad que tienen las personas responsables del cuidado a la demanda de situaciones con alto contenido emocional que le permite reconocer y gestionar sus emociones y ser suficientemente flexible para que resulte adaptativa. Entre estas situaciones se encuentran los “Berrinches”

Esta respuesta adaptativa implica que la persona adulta expresa y comprende adecuadamente sus emociones, manifestando control y manejo adecuado de las mismas y comprender las emociones de los hijos e hijas.

En la medida en la que la persona responsable del cuidado no conozca y regule sus propias emociones será difícil que Está habilidad responde a la capacidad que tienen las personas responsables del cuidado a la demanda de situaciones con alto contenido emocional que le permite reconocer y gestionar sus emociones y ser suficientemente flexible para que resulte adaptativa. Entre estas situaciones se encuentran los “Berrinches”

Esta respuesta adaptativa implica que la persona adulta expresa y comprende adecuadamente sus emociones, manifestando control y manejo adecuado de las mismas y comprender las emociones de los hijos e hijas.

En la medida en la que la persona responsable del cuidado no conozca y regule sus propias emociones será difícil que pueda comprender y ayudar en la gestión emocional de sus hijas e hijos. En la autorregulación de las emociones una práctica que ayuda mucho son las micro pausas, espacios que se toman para respirar y recordar quién es la persona responsable y cómo se debe responder a determinadas situaciones. Es importante reconocer la carga cultural del cuidado en las mujeres, lo que implica procesos de reconocimiento, revaloración y redistribución en las familias y comunidades.

Es la capacidad adecuada que tiene la madre, padre o cuidador/a frente a su rol de figura de cuidador/a. Se evalúa la existencia de una percepción y confianza realista de las propias capacidades para el cuidado y la crianza. Se evalúa en qué medida la figura parental se siente satisfecha con la tarea de ser padre/madre y si esta hace parte de su identidad reconociendo las dificultades que se pueden presentar.

Se refiere al despliegue de prácticas de crianza durante el afrontamiento de situaciones estresantes relacionadas con el desempeño del cuidado y crianza. Este afrontamiento implica tomar conciencia de la situación y gestionarla mediante estrategias cognitivas, emocionales y/o comportamentales que ayuden a la madre, padre y cuidador/a afrontar de forma efectiva y satisfactoria la situación estresante, sin afectar las dinámicas familiares

Es la ayuda con la que cuenta la madre, el padre o cuidador/a en relación con el cuidado y crianza. Se incluye la capacidad de buscar y acceder a fuentes de apoyo diversas, familia, amigas, comunidad entre otras que son significativas y útiles en la crianza, así como cierta reciprocidad en el apoyo. Así mismo, refleja el apoyo proporcionado que le permite cubrir de forma eficaz y satisfactoria la necesidad de apoyo existente.
 
 

Evalúa las habilidades de las diferentes figuras parentales que están a cargo del cuidado (padres, madres, abuelas, etc.) para gestionar eficientemente las tareas relacionadas con la organización de las actividades de cuidado del hogar y la forma en la que se organiza para que todos y todas las personas que hacen parte de la familia participen. 

Realizaciones para el Desarrollo Integral

  • Construcción de su identidad de acuerdo con características particulares género, edad, etnia y lugar donde transita su vida, sus intereses, gustos, necesidades.
  • Establecimiento de límites en la infancia y en la adolescencia.
  • El respeto por la individualidad, el ritmo de desarrollo y las emociones de niños y niñas como base de la autoestima y las relaciones interpersonales.
  • Se acompaña la toma de decisiones y autonomía para la construcción de su propia identidad.
  • Cuenta con relaciones con los pares, redes y organizaciones sociales y comunitarias de forma adecuada.
  • Relaciones seguras de apego para el bienestar emocional entre la madre, padre o cuidador/a y el niño o niña, adolescente.
  • Se cuenta con adecuadas estrategias para la superación de diferencias o dificultades.
  • Cuenta con una red primaria de apoyo afectivo y cuidado, que promueve vínculos seguros, la validación emocional y la construcción de autonomía. Esta red familiar puede incluir padres, madres, cuidadores u otros referentes significativos que acompañen activamente su desarrollo.
  • Seguimiento de la salud y el desarrollo integral (físico, cognitivo, social) de los niños y las niñas.
  • La salud mental es monitoreada desde el inicio de la vida, mediante estrategias de promoción del bienestar emocional, identificación temprana de dificultades del desarrollo y acompañamiento psicológico cuando sea necesario.
  • Promoción de la salud y visitas periódicas en salud para la verificación los avances en el crecimiento y desarrollo de acuerdo con la normatividad vigente. Realización de pruebas de tamizajes y diagnósticas en aquellos casos en los que se requiera.
  • Atención oportuna a problemas de salud ante enfermedades que se pueden presentar desde el momento del nacimiento: congénitas, huérfanas, relacionadas con el desarrollo o una discapacidad.
  • Alimentación adecuada de acuerdo con la edad. Se incluye la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses.
  • El desarrollo de actividades como el juego, lo lúdico, la expresión artística, la actividad física y deportiva.
  • Actividad física de acuerdo con la edad por medio del juego activo y la participación en algún deporte o actividades recreativas.
  • Educación Inclusiva de acuerdo con necesidades especiales.
  • Desarrollar sus capacidades y creatividad de acuerdo con sus gustos y habilidades.
  • Fomentar el juego, la lectura y actividades lúdicas, desarrollo de habilidades en música, artes, y otros intereses diferentes a los académicos
  • Participación en actividades educativas y de otros temas de su interés de acuerdo con la edad que favorecen favorecer el desarrollo de competencias socioemocionales como la empatía, la autorregulación y la colaboración.
  • Exponer sus sentimientos, ideas, creencias y opiniones.
  • Fomentar su participación y escucha en la vida cotidiana con incidencia en la toma de decisiones.
  • Autonomía y asignación de responsabilidades de acuerdo con la edad.
  • Fomento de actividades con pares para mejorar habilidades de socialización.
  • La participación activa fortalece habilidades como la toma de decisiones, el pensamiento crítico, la empatía y la regulación emocional, pilares del desarrollo psicosocial.
  • Entornos seguros y protectores.
  • Se permite, motiva y valida la opinión de NNA.
  • Garantía de las condiciones materiales y sociales para el ejercicio pleno de los derechos y la reducción de los riesgos
  • Vivir en entornos seguros y protectores.
  • Garantizar las condiciones materiales y sociales para el ejercicio pleno de los derechos y la reducción de los riesgos y amenazas a la integridad física y psicológica.
  • Promover el desarrollo de capacidades para prevenir, evitar y actuar de manera adecuada ante las situaciones de riesgo o amenaza contra su dignidad y desarrollo integral, o contra otro.
  • Transitar y desarrollar entornos configurados por escenarios de relación confiables, seguros y protectores que los reconocen.

  • El ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos es para todas las personas, desde la autonomía y libertad.
  • Debe incluirse la perspectiva de género, sin estigma y discriminación para abordar la sexualidad de NNA.
  • La sexualidad es una condición humana, se construye desde el reconocimiento de sí mismo, de la capacidad del disfrute y el respeto desde el nacimiento hasta la vejez.
  • Desde la infancia, la construcción de la sexualidad debe estar acompañada del desarrollo de habilidades psicoafectivas como el consentimiento, el autocuidado y el respeto por los límites propios y ajenos.

Construcción propia con bibliografía:  Política Nacional de Infancia y Adolescencia 2018 – 2030

  • .Hombres y mujeres han aprendido de diferente forma sobre las relaciones con los NNA los dos están en igualdad de condiciones y capacidades para ejercer el cuidado y la crianza.
  • Las prácticas y los cuidados hacen parte de las creencias, costumbres, hábitos y rituales que las personas tienen y han aprendido desde sus experiencias, identidades culturales y expectativas de vida. Estas prácticas pueden ser protectoras o de riesgo que pueden ser fortalecidas y transformadas para garantizar el desarrollo NNA.
  • La crianza y los cuidados deben llevarse a cabo de acuerdo con la edad, las necesidades específicas y el nivel desarrollo de NNA relacionadas con diferentes criterios como la edad.
  • Las prácticas de cuidado y crianza deben adaptarse a los recursos con los que cuentan los cuidadores por eso la importancia del reconocimiento de la red de apoyo familiar, comunitaria e institucional.
  • El cuidado y la crianza debe estar en pro de fortalecer la comunicación efectiva, fomento de la autonomía, resolviendo conflictos y estableciendo      límites.
  • Toda práctica de cuidado debe garantizar el bienestar físico, mental y social de los niños y niñas y adolescentes.
  • En la rutina diaria, las personas cuidadoras pueden llegar a subestimar ciertos espacios y situaciones que representan riesgos para NNA. Entre estos está desplazamiento sin acompañamiento a lugares de estudio, la permanencia en casa sin supervisión o el estar al cuidado de personas adultas que no cuentan con la capacidad adecuada para garantizar su protección.
  • Toda habilidad de práctica se puede aprender o resignificar con las personas responsables del cuidado.

Habilidad Parental a mejorar

  • Supervisión sobreprotectora: Cuidar al niño o niña o adolescente de forma excesiva, limitando su autonomía, la toma de decisiones y la independencia.
  • Dificultades en la comunicación: Escucha limitada o falta de espacios para dialogar con el NNA sin permitirle escuchar razones o justificaciones.
  • Falta de actividades que estimulen su desarrollo: Insuficiencia de actividades recreativas, lúdicas, artísticas, educativas o de juego, ocupación, manejo del tiempo libre que promuevan el desarrollo del niño y la niña de acuerdo con la edad.
  • Aceptación inicial sobre su sexualidad, pero con dudas: Los cuidadores expresan apoyo, pero aún tienen preguntas o inquietudes sobre la identidad de género o la orientación sexual del niño/a o adolescente.
  • Conversaciones sobre crianza con otras personas o profesionales.
  • Realizar actividades basadas en el juego, el deporte o la recreación que permitan fortalecer la autonomía y el aprendizaje.
  •  Diálogos y conversaciones asertivas entre padres e hijos desde el respeto a la opinión que permita fortalecer el vínculo afectivo.
  •  Promover la escucha activa y la aceptación interpersonal.
  •  Llevar a cabo actividades para el cuidado a la salud mental de todos los miembros de la familia.
  • Reconocimiento de mis debilidades, necesidades y dificultades en el contexto de la crianza que permita la búsqueda de ayuda.

Prácticas inadecuadas con consecuencias negativas a mediano plazo

  • Disciplina inconsistente: llevar a cabo prácticas y formas de comunicación NNA que no son consistentes y ambiguas, especialmente a lo relacionado con premios y castigos. 

    Falta de supervisión adecuada: Dejar al niño o la niña sin supervisión en entornos de riesgo (cerca de agua retenida, espacios abiertos, cocina, espacios peligrosos).

    Excesiva presión académica, deportiva o en actividades del hogar: Exigir un desempeño desproporcionado a la edad del niño o niña, afectando su salud emocional, estas pueden estar relacionadas con el género como: Exigir a una niña que mantenga siempre los mejores promedios por “ser juiciosa y responsable”. Inscribir a un niño en múltiples clases extracurriculares. Desestimar el deseo de una niña de practicar un deporte de contacto porque “eso no es para niñas”. Presionar a un adolescente a asumir el rol de proveedor o a trabajar desde muy joven porque “ya es un hombre y debe ayudar en la casa”.

    Negación de la identidad: Insistir en que el niño, niña o adolescente «no sabe lo que quiere» o «es solo una etapa».

    Evitar conversaciones: Rechazar hablar sobre temas relacionados con identidad de género u orientación sexual por incomodidad o miedo.

    Imposición de roles tradicionales: Obligar al niño, niña o adolescente a comportarse según normas de género estrictas (por ejemplo, prohibirle usar ropa que no sea típica de su género asignado, elecciones de vida, trabajo, pareja, entre otros).

  • Acompañamiento sostenido para su transformación
  • Educar a los cuidadores sobre estrategias de crianza positiva.
  • Intercambio de saberes entre profesionales y cuidadores con el fin de transforma las prácticas de cuidado y crianza, reconociendo que educar no es un proceso unidireccional, sino un diálogo en el que las experiencias, conocimientos y vivencias de madres, padres y cuidadores.
  • Ofrecer talleres y acompañamiento para fortalecer prácticas de cuidado de acuerdo con las necesidades y edades de cada grupo.
  • Evaluar las dinámicas familiares e intervenir de manera preventiva sobre crianza positiva, sensible y cariñosa.
  • Ofrecer orientación a los cuidadores para educarse sobre diversidad de género y sexualidad.
  • Promover espacios seguros para que el niño, niña o adolescente pueda expresar su identidad.

Utilización del castigo físico, tratos crueles y humillantes

La violencia física se define como cualquier acción que utiliza la fuerza física para causar daño, dolor o lesiones a un niño, niña o adolescente. La violencia emocional, también conocida como psicológica, se refiere a acciones u omisiones que buscan degradar, controlar o perjudicar la salud mental de un niño, niña o adolescente, mediante humillaciones, rechazo o aislamiento. De esta forma, la violencia física implica el uso intencional de la fuerza física para causar daño, dolor o lesiones corporales a un niño, niña o adolescente y, algunos ejemplos pueden ser golpes (suaves o fuertes), patadas, quemaduras, sacudidas, encierro o lanzamiento de objetos, entre otros. Por su parte, ejemplos de violencia emocional son las humillaciones, insultos, amenazas, rechazo, aislamiento, manipulación, control excesivo, comparaciones negativas, entre otros, los cuales generan baja autoestima, ansiedad, depresión, problemas de conducta, dificultades en las relaciones sociales y problemas de aprendizaje.

Negligencia

Falta de cuidado y protección mínima hacia un niño, niña o adolescente por parte de sus padres, madres y/o cuidadores, que incluye la omisión de atender sus necesidades básicas y protegerlo de peligros. Se diferencia de situaciones accidentales o de desconocimiento, y se caracteriza por la inacción o falta de respuesta a las necesidades del niño, niña o adolescente, a pesar de que los padres o cuidadores tengan los medios, el conocimiento y acceso a los servicios necesarios. De esta forma, es una forma de maltrato que implica la omisión deliberada o por descuido de las responsabilidades de cuidado y protección hacia los NNA

Exposición a violencia intrafamiliar

Presenciar conflictos severos o abuso entre cuidadores o reporte de violencia vicaria.

Rechazo abierto

Negar o condenar la identidad de género o la orientación sexual del niño o adolescente.

Intentos de "corrección" o "reparación"

Obligar al niño, niña o adolescente a terapias o prácticas pseudocientíficas para modificar su orientación sexual o identidad de género.

Expulsión del hogar:

 

Expulsar a los niños, niñas o adolescentes por su identidad de género u orientación sexual.

Por favor diríjase al módulo 13 sobre violencias.

Primera Infancia

● Fomentar el apego seguro por medio de manifestaciones consistente y afectivas a las necesidades básicas del niño y la niña y por medio de caricias, abrazos, juegos y contacto físico y visual.

● Construir con la participación de niñas y niños rutinas estructuradas mediante la creación de horarios regulares para comer, dormir y jugar, ajustados a las necesidades del niño y la niña.

● Estimular el desarrollo temprano por medio de actividades de juego, arte o lectura donde el niño y la niña desarrolle habilidades motoras, de lenguaje, cognitivas y emocional.

● Asegurar entornos seguros para accidentalidad, especialmente aquellos relacionados con caídas, quemaduras y ahogamiento.

● Comenzar con la enseñanza por medio de refuerzos positivos ante las situaciones que desarrolla los niños o las niñas de forma adecuado.

●Garantizar una alimentación saludable acorde con la edad (se hace inclusión de la lactancia materna en aquellos niños que pueden llevarla a cabo).

● Asistencia periódica a los servicios de salud y de forma regular a lo de educación inicial.

● Promover la autonomía facilitando al niño y niña que explore de manera segura y aprenda habilidades básicas como alimentarse solo o recoger sus juguetes.

● Reforzar la consistencia emocional mediante la manifestación afectuosa y constante en el trato con el niño o niña, mediante manifestaciones verbales y no verbales.

● Fomentar la comunicación temprana para incentivar a los cuidadores a hablar, cantar y leer con el niño y la niña para fortalecer su desarrollo lingüístico y emocional.

● Educación en disciplina positiva para enseñar a los cuidadores y cuidadoras formas no violentas de manejo del comportamiento, como el refuerzo positivo o la distracción.

● Proveer ejemplos prácticos de cómo responder al llanto o rabietas que permitan la autorregulación emocional del cuidador/ cuidadora y la regulación de los niños y las niñas.

● Reforzar el vínculo afectivo mediante la disponibilidad de tiempo de calidad con los niños y las niñas a través de juegos lúdica y la implementación de, promoviendo actividades cotidianas que se realizan en los diferentes entornos y contextos y contacto físico afectuoso.

Infancia (6 a 11 años)

●Fomentar la autonomía permitiéndole al niño o niña asumir pequeñas responsabilidades como ayudar con las tareas del hogar según su edad.

●Animarlo y acompañarlo a tomar decisiones apropiadas para su nivel de desarrollo.

●Apoyar el aprendizaje escolar por medio de la organización de un espacio tranquilo y organizado para el estudio y mantener comunicación con los maestros para monitorear su progreso académico y social.

●Fomentar la participación en actividades grupales, como deportes, música o clubes.

●Fortalecer la comunicación dedicando tiempo para escuchar las ideas, inquietudes y emociones del niño y la niña relacionadas con su cotidianidad sin interrumpir ni juzgar.

●Establecer límites claros y consistentes por medio de la comunicación de las reglas del hogar y las consecuencias de incumplirlas de manera firme pero respetuosa.

●Utilizar refuerzos positivos para premiar el buen comportamiento cuando lo amerita, sin necesidad de hacerlo por todas las actividades.

●Promover la autonomía del niño y la niña asignando responsabilidades acordes a la edad, como organizar sus materiales escolares o realizar tareas sencillas en casa.

●Involucrar al niño/a en actividades y decisiones familiares para fomentar su participación y confianza, así como definir responsabilidad para llevar a cabo actividades en el hogar evitando estereotipos de género.

●Reforzar el aprendizaje socioemocional realizando actividades que fortalezcan la empatía y las habilidades para resolver conflictos, como juegos de roles de acuerdo con cada uno de los contextos en los que están cotidianamente.

●Fomentar la comunicación asertiva para establecer conversaciones abiertas y respetuosas con el niño.

●Asegurar un entorno seguro mediante medidas de supervisión adecuadas para prevenir accidentes en el hogar o durante actividades recreativas.

●Establecer límites claros para establecer reglas comprensibles y consecuencias justas, utilizando métodos de disciplina no violentos.

●Identificar redes de apoyo (escuela, comunidad, servicios sociales) y activar protocolos de protección si es necesario.

●Referir a atenciones en psicología y trabajo social para abordar de habilidades parentales para la madre, padre y cuidador/as.

●Capacitar en manejo emocional a los cuidadores con el fin de identificar estrategias para controlar su frustración, pérdida de capacidad parental por agotamiento y responder de forma positiva al comportamiento del niño o la niña.

●Reparar el vínculo afectivo facilitando actividades que reconstruyan la relación, como juegos compartidos, actividades cotidianas o diálogos guiados.

Adolescencia (12 a 17 años)

  • Dialogar sobre situaciones que pueden suceder para tener mayor cuidado la prevención de violencias y situaciones de riesgo o peligrosas.

 

  • Conversar sobre las consecuencias de los actos y poder restringir privilegios.

 

  • Validación de sus emociones y comunicación de estas en momentos significativos de la vida: La iniciación de la menarquia, las relaciones afectivas, los conflictos con los compañeros.

 

  • Acompañamiento a la toma de decisiones relacionadas con situaciones cotidianas en las que puedan asumir sus responsabilidades.

 

  • Fomentar la confianza y el respeto mutuo, reconocer y valorar las opiniones de los y las adolescentes, aunque sean diferentes a las de los cuidadores.

 

  • Permitir el fortalecimiento de la autonomía en aspectos acordes a su edad, como la organización de su tiempo, la identificación de relaciones con los pares.

 

  • Abordar temas sensibles de manera abierta: sexualidad, drogas y redes sociales de forma natural y sin tabúes, por medio de información clara y basada en evidencia, fomentando la prevención y el autocuidado.

 

  • Apoyar la construcción de su identidad respetando las elecciones relacionadas con su estilo personal, intereses o amigos, siempre y cuando no impliquen riesgos.

 

  • Estar atentos a señales de estrés, ansiedad o depresión, buscando apoyo profesional si es necesario.

 

  • Mantener límites flexibles pero firmes por medio de la negociación reglas y consecuencias según el nivel de madurez del adolescente y la supervisión de sus actividades, manteniendo un equilibrio entre independencia y acompañamiento.

 

  • Impulsar a través de actividades diarias habilidades para la vida adulta en el manejo del dinero, preparación de alimentos o planificación de horarios y en la participación en actividades que les permitan explorar intereses y construir metas a futuro.

 

  • Fortalecer la confianza mutua proponiendo actividades conjuntas que refuercen el vínculo, como cocinar, hacer ejercicio o compartir intereses comunes.

 

  • Reforzar la comunicación frecuente manteniendo la disponibilidad para escuchar y conversar con el adolescente, incluso en temas complejos.

 

  • Fomentar el diálogo respetuoso por medio de la escuchar a los/las adolescentes sin juicios ni interrupciones.

 

  • Promover la negociación de reglas flexibles a las diferentes normas sin perder autoridad, respetando la independencia del adolescente.
Herramienta Clinica

GRATIS
VER